Este mecanismo es una excelente herramienta que se puede utilizar para acelerar las inversiones que requiere el Perú. Sin embargo, ha quedado demostrado que el Estado tarda mucho tiempo en evaluar y aprobar las IP presentadas. Algunas IP tardaron más de dos años en que sean declaradas de interés.
Si se tiene en cuenta que el período de declaración de interés es de tres meses y que luego de ello viene el período de licitación (si es que se hubieran presentado terceros interesados durante la declaratoria de interés), la adjudicación de una IP podría tardar hasta tres años. Es un tiempo muy largo para un país como el Perú que requiere invertir en este tipo de proyectos.
De lo observado, las causales en el retraso se deben a que normalmente intervienen varias instituciones del Estado en la evaluación de las IP. Cada cual da sus puntos de vista que no necesariamente coinciden con la de otra institución. Las principales observaciones que realiza el Estado a las IP son: sobrevaloración de inversiones, tarifas altas, demanda proyectada muy conservadora, entre otras.
Las observaciones aparecen por la asimetría de información existente entre el Estado y el proponente, pero también porque el Estado no toma en cuenta que en una IP el proponente asume muchos riesgos que deben ser valorizados para poder asumirlos. El Estado busca equivocadamente, durante la evaluación de la IP, que el proyecto sea optimizado para él sin contar ni tomar en cuenta que pone en riesgo la ejecución del proyecto.
El Estado debería evaluar las IP analizando los beneficios generales y el nivel de servicio que esta ofrece a los usuarios a costos razonables. El Estado no debería preocuparse durante la evaluación de la IP si las inversiones indicadas por el proponente son reales, o si la demanda que ha proyectado es muy conservadora.
Se debe recordar que las IP pasan por un período de declaratoria de interés de tres meses, durante el cual pueden aparecer terceros interesados en ejecutar el proyecto. Si ello ocurriese, se continúa con una licitación cerrada entre el proponente y los terceros interesados.
En esta licitación se optimiza el proyecto, ya que los postores pugnarán por adjudicárselo, para lo cual tendrá que maximizar las inversiones, minimizar las tarifas y, en general, optimizar los beneficios para el Estado y los usuarios. Por lo tanto, el Estado podría reducir significativamente los plazos de evaluación de las IP si sólo tomara en cuenta el siguiente razonamiento:
Si el proponente ha sobrevalorado el proyecto es muy probable que durante la declaratoria de interés aparezcan terceros interesados, ya que el proyecto resulta atractivo para la competencia del proponente.
Si el proponente ha optimizado el proyecto para el Estado y usuarios, probablemente no se presenten terceros interesados durante el período de declaratoria de interés. Sin embargo, el proyecto podrá ser ejecutado por el proponente, ya que el DL 1012 estipula que de no haber terceros interesados se le adjudica al proponente.
En cualquiera de los dos escenarios, el Estado recibe un proyecto optimizado con los beneficios para los usuarios, pero lo más importante es que se habría adjudicado en un tiempo considerablemente menor.
¿Qué opinión le merece la propuesta del profesor Albújar? ¿Cree usted que el Estado será capaz de reducir los tiempos de realización de los proyectos de inversión en infraestructura vía la Iniciativa Privada?
Gerente General de TP Invest. Ph. D por la Universidad Ramon Llull (ESADE) de Barcelona, España. MBA de la Universidad ESAN. Certificado en Finanzas Cuantitativas (CQF) por CQF Institute (Londres – Inglaterra). Ingeniero Industrial por la Universidad de Piura, con estudios de postgrado en Sistemas Eléctricos de Gran Potencia en la Universidad de Roma – Italia (La Sapienza). Ha sido responsable por el diseño, estructuración y promoción de proyectos de infraestructura en los diferentes sectores económicos del país valorizados en más de US$ 10,000 millones de dólares.
Los escándalos de corrupción, la caducidad del contrato del Gasoducto del Sur y los huaicos que se han desarrollado en Lima, conducen a una reducción importante de la producción del país para este año. Según diversas opiniones, el crecimiento apenas superará el 3%. Y si bien los huaicos pasarán pronto, el efecto de los escándalos de corrupción tiene para rato.