Para diseñar y construir un edificio verde es necesario aplicar una filosofía que integre el diseño, construcción y operación del mismo; desde la planificación del proyecto, el uso eficiente de los recursos: agua, energía y selección de materiales, hasta la calidad ambiental interior.
Existe la tecnología, los medios y la voluntad para evitar el desperdicio de los recursos naturales y la contaminación del medio ambiente y, asimismo, existen organizaciones dedicadas a ello que proporcionan guías para hacerlo. Una de ellas es el US Green Building Council, la cual a través del sistema de evaluación de edificios verdes LEED® (Leadership in Energy and Environmental Design) proporciona las herramientas para desarrollar un edificio sustentable.
El enfoque de LEED a la sustentabilidad se desarrolla en cinco áreas:
Los edificios con certificación LEED son proyectados para reducir el uso de la energía entre un 24% y un 50%, el consumo de agua y las emisiones de dióxido de carbono hasta en un 40% y los residuos sólidos en cerca del 70%.
Un edificio certificado LEED tiene importantes ventajas si lo comparamos con un edificio no certificado:
Existe también el Programa de la Agencia de Protección del Medioambiente de los EE.UU. (EPA) que maneja el sistema Energy Star para edificaciones; los edificios Energy Star utilizan, en promedio, el 35% menos de energía que otros edificios y generan aproximadamente el 30% menos de dióxido de carbono.
Por ello, está en manos de los desarrolladores inmobiliarios y las empresas constructoras utilizar todo lo mencionado, de manera que se puedan lograr diseños que maximicen el desempeño ambiental y económico de los edificios; y en manos del Estado y los gobiernos municipales brindar las facilidades para el desarrollo de "Edificios Verdes" y la mejor planificación para el uso de los recursos.
¿Qué otros beneficios podría traer la masificación de edificios verdes en nuestra ciudades?