El virus de la estabilidad laboral

El virus de la estabilidad laboral

¿Es la estabilidad laboral realmente un factor nocivo para el buen desempeño de los colaboradores de una organización? A continuación, trataremos de encontrar un camino que nos permita contestar a esta pregunta.

Por: Luis Felipe Calderón Moncloa el 27 Marzo 2015

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virus_estabilidad_laboral.jpgUna pequeña historia absurda para comenzar:

Inexistentes estudios prueban que los terribles efectos del virus de la "estabilidad laboral" en el cerebro del trabajador son peores que los del ébola y el chikunguña combinados.

Si nos atenemos a lo manifestado por ciertos ejecutivos, apenas un trabajador es alcanzado por este terrible virus, el mundo ideal en el que se vivía previamente cuando había el maravilloso contrato mensual se echa a perder. Así el hasta ayer respetuoso trabajador, por culpa de este cambio contractual, pierde completamente el respeto y empieza a odiar a su jefe sin ninguna razón identificable.

¿Qué explica este cambio? ¿Por qué se deja de respetar al jefe, a ese profesional íntegro, capaz y respetuoso, quien siempre ha ejercido una autoridad racional con absoluto profesionalismo?

La única posible explicación es que la estabilidad laboral es un virus que se mete al cerebro de las personas y los incentiva a amotinarse en contra del poder legítimo y a volverse incompetentes, rebeldes e indolentes.

Fin de la absurda historia.

Si nos atenemos al tema recurrente de las CADE, a lo declarado por voceros de CONFIEP y diversos ejecutivos, comentaristas y académicos, pareciera indudable que una de las principales causas del subdesarrollo del Perú y de la falta de capacidad de nuestras empresas para dar valor agregado y competir es la malhadada "estabilidad laboral".

Se argumenta, falazmente, que la estabilidad laboral genera, entre otras desgracias, que los trabajadores se vuelvan ociosos y que dejen de obedecer a sus jefes como antes.

A pesar de mis esfuerzos no he encontrado un solo estudio nacional que justifique la existencia de este generalizado mito, de modo que deberé basarme en los comentarios en los medios y en lo discutido con cientos de ejecutivos de postgrado.

Se afirma que cuando un subordinado pasa del contrato mensual a la estabilidad laboral, el antes colaborador y motivado empleado se vuelve hostil, indolente y rebelde como por arte de magia. De allí se salta a la fácil conclusión que, como parece obvio, la estabilidad laboral es mala en sí misma. Esa es una primera (aunque absurda) explicación.

Una segunda posible hipótesis, mucho más plausible y sensata, es que los jefes acostumbrados a relacionarse con el trabajador a partir de la amenaza de no renovarles el contrato, han olvidado sus talentos (si es que alguna vez los tuvieron) de cómo dirigir a gente autónoma y motivada.

sumillas_virus_estabilidad_laboral.jpgPorque una cosa es "dirigir" (los verbos mandonear y amedrentar, serían más apropiados) a un subordinado que sabe -muerto de miedo- que su contrato podría no ser renovado si no complace en todo al jefe y otra muy diferente es dirigir a un subordinado que tiene estabilidad, que tiene una personalidad bien estructurada, que no está muerto de miedo, que no está dispuesto a ser maltratado y que tiene los 'runtus' bien puestos. (Y el hecho que ese estilo de mandoneo y amedrentamiento parezca funcionar en metas numéricas de corto plazo no cambia en nada este análisis).

Dados los vientos que corren, entiendo que a muchos lectores pueda no agradarles esta segunda hipótesis. Pero creo que bien harían en reflexionar en si con esta ola de tercerizaciones y de contratos temporales, no solo se está condenando a millones de trabajadores a vivir en la inestabilidad y la angustia, sino que -piensen en esto también- lo que se está haciendo es destruir definitivamente el talento directivo. Pues nuestros jefes cada día se acostumbran más a mandar en una absoluta superioridad (asimetría) de poder, y eso nunca puede ser bueno para sus capacidades de gestión ni para la innovación organizacional.

¿Cree usted que la estabilidad laboral afecta la productividad de los colaboradores? ¿Por qué?

Esta entrada contiene un artículo de:
Luis Felipe Calderón Moncloa
Profesor del área de Administración. Doctorando en la Université Jean Moulin, Lyon, Francia. DEA, Universidad de Niza, Francia. MA in Management Learning y MSc in Information Management, Lancaster University, United Kingdom. MA, ESAN, Perú. Bachiller en Psicología, Universidad Nacional Mayor de San Marcos, Perú.
Profesor del MBA de ESAN.

Luis Felipe Calderón Moncloa

Profesor Asociado de ESAN Graduate School of Business (1,990 a la fecha). Consultor y conferencista en desarrollo ejecutivo y en temas de ética, responsabilidad corporativa y seguridad en el trabajo (1986 a la fecha). Profesor Visitante y conferencista internacional en Argentina, Colombia, España, Portugal, Emiratos Árabes Unidos (Dubai), Francia, Austria, Serbia, Estonia, Guatemala, Paraguay, Bolivia, Costa Rica y USA. Psicólogo (UNMSM), MBA (ESAN, 1990), Maestría en Aprendizaje Gerencial (Lancaster, Inglaterra, 1996), Maestría en Gerencia de la Información (Lancaster, Inglaterra, 1997) y DEA en Ciencias de Gestión (Niza, Francia, 2001). Certificado doctoral europeo, EUDOKMA, (Copenhague, 2003).

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