Resulta interesante que las exportaciones de las regiones no capitalinas crezcan en forma sostenida, lo que refuerza el carácter descentralizado de nuestra expansión económica, pero por otro lado no podemos dejar de señalar la necesidad de impulsar un mayor crecimiento de las exportaciones no tradicionales, que son las que permiten el incremento del empleo dada su intensidad en el uso de mano de obra.
Si observamos con mayor detalle las estadísticas, veremos que el sector tradicional representa en la primera mitad de 2011 el 78.7% del total de las exportaciones, al registrar US$ 10,870 millones, esto es 21.4% más que el año pasado. Las exportaciones no tradicionales ascendieron a US$ 2,939.7 millones, representando el 21.3% de los envíos al exterior.
Vemos una alta participación de las exportaciones tradicionales que, si bien implica mayores ingresos de divisas para el país, da cuenta de la poca expansión industrial en las provincias del país, cuando deberían producirse encadenamientos hacia adelante para la producción de valor agregado. Esos encadenamientos se hacen, pero fuera del país.
Así, podemos constatar que Arequipa, que se mantiene como la región más exportadora al representar el 18% del total y alcanzando US$ 2,466.9 millones en el primer semestre de 2011, lidera el ranking gracias a sus despachos de minerales de cobre y sus concentrados, oro en las demás formas en bruto y minerales de plata y sus concentrados.
A la región sureña le sigue Ancash, con US$ 2,244.4 millones. Su crecimiento de 33% se debe principalmente a sus partidas tradicionales como minerales de cobre y sus concentrados, minerales de zinc y sus concentrados y harina de pescado.
El caso de Ica, que se ubicó en el tercer lugar con despachos por US$ 1,958.9 millones, se acerca más a lo que debiera ser el panorama exportador regional. Del total mencionado, el 54% lo conforman productos no tradicionales que sumaron US$ 1,056.2 millones. Y las principales partidas exportadas son: demás gasolinas sin tetraetilo de plomo, uvas frescas, espárragos frescos o refrigerados y paltas frescas o secas.
Impulsar las exportaciones no tradicionales en las regiones implica un esfuerzo por desarrollar la infraestructura local. Carreteras, aeropuertos, puertos, terminales de almacenamiento con cadenas de frío, etc. deben ser los proyectos a ejecutar con participación asociada de los sectores público y privado.
Por otro lado, los diferentes gobiernos regionales deben actualizar, en acuerdo con las representaciones gremiales privadas y con asistencia técnica de la cooperación internacional, los planes estratégicos regionales de exportación (PERX), contando para ello con objetivos estratégicos y metas medibles en el tiempo.
Los diagnósticos de competitividad y las potencialidades de exportación regionales ya se han hecho y es hora de pasar ordenada y masivamente a la acción para generar más valor agregado y por tanto bienestar. ¿Y la crisis internacional que se avecina? Cada región debe verla como una oportunidad, no como una amenaza.
¿Qué medidas cree usted que se deban tomar para impulsar las exportaciones de las regiones?