A pesar de la importancia de la minería para nuestro país, la situación del sector ha venido en franco declive en los últimos dos años debido a que no se ha podido transmitir a la población los beneficios de una minería responsable, que respeta al medioambiente y que garantiza el desarrollo de las comunidades. Las razones de esta lamentable realidad van desde la desidia de las autoridades, agendas políticas propias, la falta de comunicación transparente hasta la reputación de las mismas compañías sobre malos manejos anteriores. El resultado final es un freno de las inversiones que, además de afectar los proyectos paralizados, también perturba la llegada de capitales para potenciales inversiones en el sector.
En un entorno como este, las mineras que operan en nuestro país pugnan por mantenerse en el negocio haciendo frente a una serie de perjuicios. Estos van desde los relacionados con la caída de los precios, la burocracia de la normatividad legal, el manejo medioambiental y de conflictos sociales hasta los de seguridad y, por supuesto, los riesgos políticos.
El costo del cierre de una mina es prohibitivo. Estamos hablando de un sector cuyas barreras de salida son muy altas producto de los niveles de inversión comprometidos. En situaciones como esta, se hace necesario revisar planes, enfocar las metas y volver la mirada hacia la variable estratégica en el negocio minero: los costos. Este tema, que parece tan obvio, a veces no lo es pues cuando se atraviesa por una etapa de bonanza no se cae en la ineficiencia que puede haber en los procesos.
La realidad de hoy en día nos señala claramente que un manejo de costos por sí sólo no garantiza la sobrevivencia en el sector minero. En la actualidad, no hay negocio si no se consigue manejar adecuadamente los conflictos sociales y medioambientales. Por lo tanto, ninguna estrategia de reducción de costos pasa por ignorar estas dos variables que son decisivas para continuar trabajando. ¿Qué hacer entonces en esta situación donde los ingresos son pocos y las obligaciones muchas?
En primer lugar, es indispensable revisar con claridad los objetivos de la empresa para conseguir que cada miembro dentro de la organización comprenda su rol hacia el logro de las metas propuestas. En segundo lugar, el monitoreo del desempeño debe ser permanente y preciso, como herramienta correctiva en el seguimiento de planes. Finalmente, debe hacerse un uso intensivo de las tecnologías de información para el logro de una mayor eficiencia en los procesos.
¿Cuál es el rol que le corresponde al área Logística a partir de esta coyuntura? Siendo los responsables del abastecimiento oportuno para las operaciones de la empresa, ¿cómo comprar eficientemente en una empresa que atraviesa problemas de liquidez o no cuenta con un adecuado financiamiento? ¿Cómo garantizar un nivel óptimo de inventarios? ¿Cómo encarar la relación con los proveedores? ¿Cómo mantener un abastecimiento equilibrado que respete el desarrollo de proveedores locales?