Hoy, los negocios están cada vez más expuestos a la opinión pública y los medios, tanto por su entorno, como por otros actores que los comprometen a desarrollar una estrategia de sostenibilidad. Por ello, los gerentes y ejecutivos deben tomar en cuenta que cada vez más, los inversores sociales están considerando los impactos sociales y ambientales, además de los económicos, cuando toman la decisión de invertir. Los inversores quieren invertir en empresas que logran impactos sociales, ambientales y económicos positivos.
Podemos mencionar dos tamices que aplican los inversores sociales para tomar una decisión:
• Tamices negativos, en los que eliminan a las empresas que tienen prácticas o productos que no encuentran los requerimientos de los inversores sociales.
• Tamices positivos, invierten en empresas que tienen productos u operaciones que sí concuerdan con los criterios del inversor.
Las empresas sostenibles ven más allá de sus propias paredes y toman acciones para apoyar a las sociedades que las rodean. La pobreza, los conflictos, la fuerza de trabajo sin educación, la escasez de recursos, así como operar con integridad - respetando las responsabilidades fundamentales en las áreas de derechos humanos, trabajo, medio ambiente y lucha contra la corrupción-, también son temas estratégicos a desarrollar para el éxito del negocio, competitividad y sostenibilidad.
Además, los inversionistas sociales revisan otros temas de sostenibilidad empresarial y utilizan un ranking de evaluación de las compañías basado en cinco elementos: Innovación, Gobernanza, Accionistas, Liderazgo y Sociedad.
Las empresas vienen prestando mayor atención a las cuestiones de ciudadanía corporativa solo después de ser sorprendidos por las respuestas públicas a las cuestiones que no formaban parte de sus responsabilidades empresariales. Es decir, actúan por protección y no por convicción.
Nike, por ejemplo, enfrentó un extenso boicot de los consumidores a principios de 1990, después de que el New York Times y otros medios de comunicación informaran las prácticas laborales abusivas en algunos de sus proveedores de Indonesia.
Otro caso sonado fue la decisión de Shell Oil para hundir una plataforma petrolera obsoleta, el Brent Spar en el Mar del Norte, que dio lugar a protestas de Greenpeace y los titulares internacionales en 1995.
El derrame del petróleo en el Golfo de México ocasionado por BP, una de las compañías líderes en prácticas responsables, tanto sociales como ambientales, y el producido por Petroperú en la selva peruano, son dos ejemplos en los cuales se pone en evidencia que las empresas deben considerar revisar, medir y ajustar cada vez más sus protocolos y procesos para mejorar sus estándares de gestión en su cadena de valor.
Las empresas a menudo pierden la oportunidad de impactar con un cambio real porque los enfoques predominantes de la responsabilidad Social corporativa (RSC) están aún fragmentados y desconectados del negocio. Asimismo, sus estrategias no permiten visualizar las oportunidades que pueden contribuir a la mejora de su reputación.
Si las empresas fueran capaces de analizar sus perspectivas de responsabilidad social, utilizando los mismos marcos que guían sus decisiones de negocio centrales, descubrirían que la RSC es mucho más que un costo, una restricción o una obra de caridad. Puede ser una fuente de oportunidades, innovación y ventaja competitiva.
A partir de todo esto; además de responder a las expectativas de la sociedad ¿tiene su empresa una estrategia integrada que vincule e integre la inversión social o la ciudadanía con su negocio?
Profesional de larga y reconocida trayectoria en la actividad empresarial con experiencia en el Sector Público, Sector Privado, Sociedad Civil y Cooperación Internacional, desempeñando cargos Directivos y Gerenciales en el nivel Corporativo y Alta dirección. Los últimos 20 años gestionando estrategias de Sostenibilidad, ESG y Responsabilidad Social Corporativa. Ingeniero industrial de la Universidad Nacional de Ingeniería, máster en Administración (ESAN), magíster en Gerencia Social (PUCP), MBA (Université du Québec-Canadá). Director de Sostenibilidad ESAN, Profesor ESAN. Ha sido y es director de diferentes organizaciones de los diferentes sectores. Conferencista y panelista en diversos espacios nacionales e internacionales. Autor de diversas publicaciones.
La implementación exitosa de los ODS es una forma de fortalecer el entorno de los negocios y la creación de mercados alrededor del mundo. Es una oportunidad para comunicar el aporte empresarial del desarrollo sostenible de nuestro país.