¿El Estado está gestionando el nuevo capital humano venezolano?

¿El Estado está gestionando el nuevo capital humano venezolano?

Ana Reátegui, directora de los Programas de Desarrollo Gerencial de ESAN y profesora de la Maestría en Gestión Empresarial, analiza en el siguiente artículo publicado en Día 1 cómo se pueden generar círculos productivos beneficiosos para la economía peruana gracias a la migración venezolana.

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El Perú ha estado acostumbrado a tener personas que migran en búsqueda de una mejora en su calidad de vida. No obstante, por primera vez nos encontramos frente a la situación inversa, es decir, la de ser un país donde se puede "vivir mejor" frente a una situación como la de Venezuela.  En este escenario, en los últimos meses nos hemos acostumbrado a la presencia de venezolanos en Lima y en regiones como Arequipa, Trujillo, Junín y Piura.

Lo cierto es que no hemos estado preparados para una situación como ésta ni a sus efectos. Los impactos negativos van por ejemplo en relación a las necesidades de trabajo de corto plazo, porque, efectivamente, no tenemos una generación de empleo tan dinámica como quisiéramos. Otros temas críticos son la saturación de algunos servicios públicos que impactan y provocan que peruanos sientan mucho más fuerte su presencia.

No obstante, esta "problemática" también se constituye como una oportunidad. Por ejemplo, en el norte del Perú, los hostales u hoteles hoy están llenos. De esta forma surge una nueva demanda, antes inexistente para hoteles restaurantes, tiendas, bodegas, etc.

Una inyección de mano de obra capacitada

A la fecha, se estima que 412 mil venezolanos han llegado al país, de los cuales 50 % tiene un título profesional; es decir, son 200 mil profesionales aproximadamente que llegan al Perú, sin que a la educación peruana le haya costado un sol. De pronto el país tiene más ingenieros, arquitectos, economistas, contadores, médicos entre otros profesionales, todos capacitados con recursos de otro país, que ahora están dispuestos a producir para el nuestro.

Si en los ochentas y noventas el país perdió capital humano peruano porque salió al exterior en búsqueda de mejores oportunidades, hoy nos llega un capital humano venezolano valioso, ¿por qué no aprovecharlo y distribuirlo hacia las áreas donde carecemos de ciertos especialistas?

Leer el artículo completo aquí.

Fuente: Día 1, El Comercio