Las empresas mineras necesitan implementar un sistema de cumplimiento corporativo que les permita generar una cultura ética y de compliance en sus organizaciones. De esta manera, también podrán detectar a tiempo los riesgos relacionados con los delitos de corrupción, lavado de activos y/o terrorismo, por parte de sus representantes y colaboradores.
Para que las compañías del sector puedan eximirse de responsabilidad penal, su modelo de prevención debe elaborarse con base en el ámbito en que se desarrollan, sus necesidades, los riesgos a los que se exponen y las características de sus operaciones comerciales. Asimismo, deben demostrar que este modelo fue difundido y elaborado con la finalidad de lograr la prevención, identificación y mitigación real de riesgos de comisión de delitos.
El sector minero es muy vulnerable a los riesgos penales por su misma naturaleza y el campo en el que este se desarrolla. Los riesgos inherentes están vinculados con la gestión de permisos y su relación con los funcionarios públicos y las autoridades locales, los dirigentes y las comunidades de las zonas aledañas a las unidades mineras, y las relaciones con clientes, proveedores y contratistas.
Las empresas mineras se encuentran expuestas a denuncias presentadas por diversos actores, como los grupos ecologistas medioambientales y los empleados con información privilegiada. Asimismo, puede tratarse de competidores que buscan ganar una mejor posición al obtener permisos o concesiones, situación que hace fundamental contar con un modelo de prevención de riesgos penales que posibilite mitigar esos escenarios.
Por ello, al momento de elaborar la matriz de riesgos penales, que forma parte del modelo de prevención, éstos deben ser considerados críticos para la implementación de controles y planes de acción correspondientes.
Es recomendable elaborar un sistema de cumplimiento corporativo que se divida en dos o tres módulos, según el tipo de empresa. Estos son:
El interés de las empresas mineras por contar con un sistema de cumplimiento corporativo no solo debe dirigirse a tener un mecanismo de exención de responsabilidad penal. También debe servir como herramienta para lograr un cambio de cultura organizacional que promueva la ética y, por tanto, el cumplimiento de las leyes y regulaciones aplicables, por parte de sus colaboradores, clientes y socios estratégicos.
La adecuada implementación de este sistema representa una inversión rentable. Ser una empresa líder en términos de compliance es una excelente carta de presentación frente a potenciales clientes, proveedores y socios estratégicos, así como a inversionistas o bancos extranjeros que buscan contratar empresas éticas.
En este mundo globalizado, no podemos darnos el lujo de dejar al compliance de lado, ya que es una forma de hacer empresa que llegó a nuestro país para quedarse. De ella dependerá el crecimiento de las empresas o grupos empresariales. ¿Cómo se trabaja este concepto en tu compañía? Cuéntanos tu experiencia.