Cómo ganar la batalla contra el COVID-19

Cómo ganar la batalla contra el COVID-19

El mundo está en una guerra contra un enemigo invisible, y no será una guerra corta, sino de meses o de un par de años en el mejor de los casos. Por lo tanto, nuestras estrategias y acciones deben tener ese marco.

Por: Guillermo Alva Burga el 21 Abril 2020

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En el escenario actual no hay tiempo que perder, la batalla está aquí y se libra en cada hospital. Nuestros soldados son médicos, enfermeros, técnicos y todo el personal de salud. Nuestras armas son guantes, mascarillas, equipos de protección personal. Nuestras balas son los medicamentos e insumos, y nuestra artillería pesada son equipos médicos, como ventiladores mecánicos y equipos de radiografía portátil. 

Para que un ejército logre la victoria, necesita soporte logístico, que es donde debemos prestar mayor atención. Además, se necesitan equipos de comunicación y coordinación en tiempo real; se necesita información de dónde se encuentra el enemigo y cómo se moviliza en el terreno; se necesitan equipos de análisis y estrategia que los guíen, y se necesitan protocolos de acción para saber qué hacer en cada situación. Como podemos ver, hay varias similitudes y debemos aprovechar experiencias previas para mejorar nuestras decisiones. 

Sugerencias operacionales 

Primero, debemos saber de cuántos soldados dispongo por cada tipo y en cada hospital del país: cuántos médicos, enfermeros, técnicos y todo el personal de salud en el país. 

Segundo, al saber el número puedo determinar la necesidad o la cantidad de equipos de protección personal, de mascarillas y guantes que necesitarán por día, por mes y por año.

Tercero, tenemos que saber cuánto tiempo demora abastecer cada hospital. En el mejor de los casos, se requiere un stock de 3 meses de seguridad para no quedar desabastecidos hasta que la siguiente compra pueda reponer lo utilizado. 

Cuarto, con la experiencia ganada en el tratamiento de los primeros casos que resultaron exitosos, se puede saber el tipo y la cantidad de medicamentos en promedio necesarios para salvar a un paciente. Por lo tanto, también se debe tener un stock de estos medicamentos esenciales para tratar a los pacientes con COVID-19 

Quinto, se tiene que implementar un área especial en cada hospital, aislada del resto, pero realmente aislada. Esto es vital y urgente. 

Sexto, se deben implementar protocolos de atención de este tipo de pacientes. Aunque nos hacen falta estos procesos de atención, se pueden elaborar con rapidez. 

Séptimo, el encargado de cada hospital, es decir, el director del centro, debe reportar cómo le va en la batalla diaria al centro de comando, para informar y pedir ayuda de ser necesario. 

Sugerencias estratégicas 

Primero, se debe procurar abastecer con insumos nacionales o internacionales de todo lo necesario: ¿se podrá ser más eficiente en las compras? En el ámbito nacional se debe buscar producir todos los medicamentos e insumos en grandes cantidades para cubrir las necesidades, por ejemplo, equipos de protección personal y mascarillas. Esta guerra es de todo el mundo, por lo que se puede invitar o contratar especialistas nacionales o extranjeros para producir insumos al interior. ¿Se podrá contar con todas las empresas de Gamarra? ¿Se podrá contar con las empresas textiles nacionales? ¿Se podrá conseguir las licencias internacionales de forma temporal? 

Segundo, se deben producir los equipos de ventilación mecánica, de rayos x y otros. Hay empresas que liberaron sus planos de equipos de fabricación, como Medtronic y otros. En este momento, con la batalla a cuestas, es imprescindible contar con toda la ayuda tecnológica disponible. No es momento de inventar la pólvora. ¿Se podrá fabricar el material y las partes de estos equipos? ¿Se podrá usar la tecnología 3D a gran escala? ¿Se podrá contar con las empresas de plásticos nacionales? 

Tercero, se debe disponer de millones de pruebas de diagnóstico, moleculares o serológicas lo antes posible, para abastecer a cada hospital. ¿Se podrán producir en el país? ¿Se podrá conseguir las licencias internacionales de forma temporal? ¿Se podrá trabajar con los laboratorios internacionales? ¿Nuestros científicos podrán fabricar alguna? ¿Se podrá habilitar más laboratorios con el nivel necesario para procesar las muestras moleculares? 

Cuarto, no se debe descuidar la retaguardia. En este caso, la atención de los pacientes con otras patologías, por ejemplo, los pacientes con infarto, con insuficiencia respiratoria por otras causas, con insuficiencia renal, con ACV, etc., que llegarán a las emergencias y hospitales de todo el país. Para ellos hay que tener otra estrategia que se puede analizar en otro momento. 

Quinto, es importante cuidar la moral de nuestro ejército. Las gracias y los aplausos están bien, pero, en el largo plazo, deben ser escuchados y contar con lo necesario para esta larga batalla. 

Finalmente, si nuestro país puede fabricar o producir todos los materiales, insumos, medicamentos y equipos para esta batalla y para el futuro, estaremos, de alguna manera, reactivando la economía y podríamos convertirnos en un hub industrial de salud que pueda abastecer a la región. 

Para hacer los cálculos, se tiene información al alcance. Pongamos de ejemplo el Hospital de Ate Vitarte.

1. Cantidad de personal con el que cuenta: http://www.hospitalvitarte.gob.pe/portal/mod/transparencia/index.php?transparencia=121.

2. Para determinar cuántos equipos de protección necesitan por día, podemos utilizar:https://iris.paho.org/bitstream/handle/10665.2/51905/requirements- PPE-coronavirus-spa.pdf?sequence=1&isAllowed=y. 

Por lo tanto, podemos seguir con lo demás pasos y cálculos. No hay tiempo que perder, ya sabemos que no empezamos en las mejores condiciones de nuestro sistema de salud. No importa cuántas toneladas se están enviando, se necesita saber cuántos días de abastecimiento cubrirá. Cada hora que ganemos en abastecer a nuestros ejércitos nos aproximará a la victoria. ¿Qué otras estrategias podríamos aplicar para evitar perder esta batalla? Cuéntanos tu opinión.

Guillermo Alva Burga

MBA de ESAN. Mención en Finanzas. Postgrado de Gerencia en Servicios de Salud de ESAN. LEAN Healthcare en Instituto Armstrong-JOHN HOPKINS. The Innovation Health Care Leader en Stanford University-Graduate School of Business. Evaluación del Sistema de Salud Colombiano de Universidad de los Andes de Colombia. Médico Cirujano titulado de la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Médico Auditor. Veinte años de experiencia. Participación en la elaboración de proyectos y en las decisiones administrativas de empresas de Salud. Ex Gerente General de MEDICASA-ENFECASA. Ex Gerente del Comité Médico de las AFP-COMAFP. Ex Director Ejecutivo de INFOSALUD y de Servicio de Atención Móvil de Urgencias. Ex Subgerente de PADOMI. Ex Subdirector Médico de la Clínica El Golf – Sanna. Consultor Senior de instituciones de salud públicas y privadas en temas planeamiento estratégico, mejora de procesos, optimización de recursos, mejora de rentabilidad, etc. Actualmente miembro del Comité Médico de la SBS.

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