Mi primer trabajo profesional luego de terminar mis estudios de post grado fue en el Instituto Nacional de Planificación institución que desapareció en la década del noventa por una decisión equivocada del régimen de turno. Hoy el gobierno está discutiendo el proyecto del Plan Estratégico de Desarrollo Nacional 2010-2021, una propuesta de largo plazo que tiene el objetivo de encaminar al país por la senda del desarrollo. El proyecto es coordinado por el Centro Nacional de Planeamiento Estratégico (CEPLAN) y ha sido presentado ante varias instituciones del sector público y privado.

De su lectura se podrá apreciar que el mencionado plan nos plantea el desafío de hacer en 10 años lo que no hicimos en algunas áreas en las últimas décadas. Sin embargo, esto no debería desalentarnos.

Somos un país con un abundante potencial energético pero hasta ahora no hemos tenido éxito en desarrollarlo si no en una reducida magnitud. Ese es el tema: cómo generar un entorno político y económico que acelere el desarrollo.

Desde mi modesto punto de vista, la hidroelectricidad debe ser la base del futuro desarrollo energético del país. Sin embargo, debemos preguntarnos por qué no ha crecido la inversión en hidroeléctricas. En el 2009, por ejemplo, de las seis inversiones importantes en generación, solo una de ellas es hidroeléctrica (Poechos II). Las otras cinco corresponden a centrales térmicas (Oquendo, Kallpa II, Chilca I, Trujillo y Santa Rosa). Una buena noticia es que este año entrará en operación la Central Hidroeléctrica El Platanal (Cañete), pero no deja de predominar la opción térmica. El próximo proyecto hidroeléctrico importante a entrar en operación es la central de Cheves (Huaura), que se espera funcionará a partir del segundo semestre de 2014.

Se hace necesario revertir el actual predominio de las inversiones en centrales térmicas, que deben hacerse pero no ser mayoritarias, para así contar con una generación de energía menos costosa y sostenible.

He sostenido en diferentes foros que no se dan mayores inversiones en energía hidráulica porque las tarifas son todavía bajas, en particular la del gas natural para generación eléctrica, con quien compite. Las inversiones aumentarán cuando los inversionistas se sientan estimulados a realizarlas, motivados por un mejor retorno de su inversión. Ciertamente, el tema de las tarifas no es el único pero sí es fundamental.

El gobierno debería además revisar el actual esquema de subsidio cruzado para que favorezca el aumento de la frontera energética y especialmente a zonas rurales. Las inversiones en estas últimas son más caras porque se hacen a una multiplicidad de localidades separadas. No es lo mismo invertir para brindar energía a una ciudad de un millón de habitantes que a 1.000 poblados con un promedio de 100 habitantes.

Complementariamente, se debe pensar en el desarrollo subsidiado de energías renovables. Si estas tecnologías no son subsidiadas no tienen posibilidades de competir con las tradicionales. Esto hay que decirlo desde el inicio y hacer transparente el monto de dicho subsidio.

Para el cumplimiento de uno de los objetivos nacionales propuestos por el CEPLAN (Igualdad de oportunidades y acceso universal a los servicios básicos), se plantea la necesidad de promover la inversión pública y privada. Se hace necesario debatir sobre la forma cómo se va a promover esta inversión. Esto es sólo el inicio del debate.