¿Y ahora qué?

¿Y ahora qué?

El gobierno y los representantes del sector minero llegaron a un acuerdo mediante el cual se establece un régimen tributario que combina el incremento de la recaudación, el respeto a los contratos de estabilidad jurídica y un nivel de competitividad que asegure la continuidad de las inversiones. El asunto ahora es qué viene después.

Por: Roque Benavides Ganoza el 12 Septiembre 2011

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Sobre el acuerdo se ha dicho y escrito mucho. Desde mi punto de vista resulta ocioso seguir comentando, especialmente acerca de los entretelones del mismo. Creo que al respecto será suficiente con decir que considero positivo que se haya acordado que las regalías, el impuesto especial y el gravamen a las empresas con estabilidad jurídica sean de aplicación sobre la utilidad operativa, vale decir, de los márgenes operativos y no sobre las ventas. Hacerlo sobre las ventas sería destruir los yacimientos que pudieran ser marginales.

Se ha mencionado una recaudación de aproximadamente S/. 3,000 millones anuales. Cabe precisar que se trata de un monto variable porque existen por lo menos tres factores fundamentales que influyen en la recaudación de impuestos desde el punto de vista minero. Uno de ellos es el volumen producido; el segundo factor es la estructura de costo; y el tercero es el precio de los metales.

Respecto al primer factor, preocupa que la producción física haya caído a nivel nacional durante los últimos tres años. Sin embargo, esperamos que ello sea compensado por algunas ampliaciones de importantes minas. En cuanto al segundo factor, debemos decir que las empresas siempre hacen esfuerzos por reducir sus costos y aumentar su eficiencia, que no quepa la menor duda que seguirá siendo así. Y sobre el tercer elemento, es algo que escapa a nuestra voluntad pues los precios son determinados por el mercado. Todos quisiéramos que los metales sigan al unísono el ritmo del oro, pero lamentablemente no es así.

Volviendo al acuerdo en sí, no podemos quedarnos solamente en eso. Hay dos cuestiones muy importantes por avanzar de inmediato. Uno es el buen uso de esos recursos, porque lamentablemente hemos vivido épocas en que el canon minero y los impuestos en general no han sido usados de la manera más eficientemente. En ese sentido creo que se debe potenciar al aparato estatal para que utilice bien estos recursos.

El segundo aspecto es que el Estado apoye al sector de donde salen estos recursos. Y no digo apoyar solamente a las empresas, que afrontan problemas con comunidades y autoridades, sino también de potenciar a los ministerios vinculados con la actividad minera.

Cuando digo apoyar no pido que nos regalen nada. Requerimos, por ejemplo, celeridad en los trámites. No puede ser que la actividad minera tenga retrasos en los permisos y en las licencias que necesita para operar. Estamos hablando de empresas formales, que cumplen las leyes, que cumplen con su responsabilidad social. Es muy frustrante que haya retrasos en los proyectos. Teniendo mayor celeridad en el funcionamiento de la explotación de recursos, no hablaríamos de S/. 3,000 millones sino de más, incluso. 

Uno de los indicadores para medir la competitividad de un país es el número de pasos para formar una empresa. En el caso de nuestro sector es cuánto tiempo se necesita para lograr un permiso en minería. En México consulté con unos empresarios mineros y me dijeron que la obtención de un permiso para hacer una perforación diamantina para explorar les toma una semana y media. A nosotros nos toma más de seis meses. Es evidente que tenemos un problema de competitividad.

Y estoy hablando de exploración, no de explotación. No estoy hablando de comunidades, porque antes de pedir el permiso ya debió haber un acuerdo con la comunidad. Estoy hablando solamente del permiso. Hay quienes piensan que el Estado "debe sacar la mayor tajada de la torta minera" sin importar cómo. No se percatan que si la torta crece, la participación del Estado en la distribución de los recursos será mayor. 

Hay que entender a la economía así. Debemos esforzarnos por hacer crecer la torta. Las empresas mineras ponen de su parte: exploran, encuentran mineral, establecen su potencial y deciden invertir para explotar de la manera más eficiente, tanto en lo económico como en lo social y ambiental. Y el Estado aportar lo que le corresponde: acelerar los procesos y generar un entorno favorable a la inversión.

¿Cuáles son las medidas que debe tomar el gobierno para hacer un buen uso de los recursos que obtendrá en virtud del acuerdo con el sector minero?

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