El sistema financiero y el sector agrícola

El sistema financiero y el sector agrícola

La urgente necesidad de un mayor desarrollo del agro peruano y de su financiamiento hace indispensable el análisis del potencial y de las oportunidades de este sector tan postergado en décadas pasadas.

Por: Antonio Esquivel Delfín el 09 Mayo 2011

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Aún cuando ya se conocen casos exitosos, la actividad agraria está caracterizada por el desorden, altos costos, problemas de escala, carencia de innovación tecnológica y capacitación en gestión empresarial y por ende ausencia de rentabilidad y competitividad.

La ausencia de responsabilidad también ha caracterizado a un Estado laxo en proveer infraestructura vial adecuada que de una u otra manera ha propiciado la multiplicidad de intermediarios, pasando por transportistas, mayoristas, distribuidores y minoristas para poder llegar al consumidor final.

Ante este escenario es evidente la apremiante necesidad de inversión en el agro. Debemos enfocarnos en resolver los verdaderos problemas y sobrecostos que se enfrentan y buscar la manera de hacer más eficiente la actividad agrícola. Para desarrollar la agroindustria en el Perú requerimos inversiones de mediano y largo plazo que atiendan las oportunidades de negocio de nuevos proyectos y también la solución con normas legales, un adecuado marco para aguas y tierras, formalidad en los derechos de propiedad y un enfoque hacia actividades de valor agregado.

Desde los primeros años de la década de los 90, con la disolución del Banco Agrario, se ha venido escuchando muchas voces preocupadas por la falta de oferta de financiamiento para el sector. Sin embargo, se debe mencionar que existe oferta disponible para el mismo cuando es solicitado por empresas modernas y eficientes. 

Entonces deberíamos preguntarnos si la solución pasa por buscar una mayor oferta o por resolver los problemas tradicionales que experimenta el sector. La solución pasa por volver a la actividad agrícola rentable y atractiva para el sector privado empresarial; por rehacer la historia eliminando los tradicionales altos niveles de morosidad y reemplazarlos por historias de éxito.

La banca comercial sigue siendo la principal fuente de financiamiento del sector, pero una buena parte tiene preferencia por la agroindustria más que el agro; por la industria organizada y moderna más que la actividad extractiva y expuesta muchas veces a los cambios de precios de commodities.

Los sistemas de crédito similares a los que se usaban hace 30 años basados en subsidios de tasas de interés ya no tienen cabida. Las agroexportaciones han venido creciendo sustantivamente en los últimos años y, con ellas, conceptos importantes como formalidad, reducción de costos, calidad, eficiencia, etc. Los más grandes agroexportadores son en muchos casos financiadores directos o indirectos de los más pequeños y también les enseñan buenas prácticas, la necesidad de ser eficientes y la importancia de la calidad.

Aún hay espacio para trabajar por el futuro de un sector que tiene mucho potencial si se le apoya. Hay espacio para instituciones gubernamentales e inversión pública, para Organismos No Gubernamentales y por supuesto para el sector privado si se le brindan garantías. Hay espacio para el crédito tradicional de corto plazo, pero también para el de mediano plazo; para herramientas cotidianas de financiamiento de capital de trabajo, pero también para herramientas creativas como el Producto Financiero Estandarizado de Cofide.

A largo plazo, las perspectivas del sector se hacen aún más interesantes, debido a la mejora del poder adquisitivo en países como China e India que demandan alimentos, a los acuerdos comerciales suscritos por el gobierno y a la diversificación de la oferta exportable peruana. Los pronósticos de crecimiento de los especialistas para los próximos años son positivos y estamos seguros que el futuro para el sector será mejor.

¿Considera usted viable el crecimiento de la agricultura moderna y por tanto del financiamiento formal al sector?

Esta entrada contiene un artículo de:
Antonio Esquivel Delfín
Gerente de Comercio Exterior de Scotiabank Perú. Vicepresidente del Comité de Comercio Exterior de la Asociación de Bancos. Representante de ASBANC ante el Comité Directivo del CLACE. Ingeniero Industrial de profesión con estudios de postgrado en finanzas y Máster en Negocios Internacionales de la EOI en España.
Profesor de la Maestría en Administración de Agronegocios de ESAN