Una valorización de la empresa permite saber la posición que tiene en el mercado. Por este y otros factores es importante que cada empresario sepa cuánto vale su organización.
Una empresa puede tener distintos valores para diferentes compradores y para el vendedor. Pero es importante que el valor no se confunda con el precio, que es el monto de una operación de compraventa.
Sin embargo, una valoración puede servir para distintos propósitos, como las operaciones de compraventa en sí, valoraciones de empresas cotizadas en la bolsa de valores, el ingreso a la bolsa, herencias y testamentos, planificación estratégica, fusiones y absorciones, entre otros.
Uno de los métodos para calcular la valoración de una empresa está relacionado con el balance (valor patrimonial). Este sistema considera que el valor de una firma radica fundamentalmente en su balance o en sus activos. No obstante, el valor proporcionado es estático ya que no toma en cuenta la evolución futura de la compañía.
Otro método de cálculo está basado en la cuenta de resultados, que determinan el valor de la empresa a través de la magnitud de los beneficios, de las ventas u otros. Por su parte, el método de múltiplo de las ventas consiste en calcular valor de una empresa, multiplicando sus ventas anuales por dos o por otro número, según la coyuntura del mercado.
En suma, la valoración de una empresa es un ejercicio de sentido común que requiere algunos conocimientos técnicos y mejora con la experiencia. Sin embargo, la empresa no debe perder de vista qué se está haciendo y para qué se está haciendo la valoración.
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FUENTE CONSULTADA:
Documento de investigación Métodos de Valoración de Empresas, de Pablo Fernández.
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