Cambio estructural en tiempos de transformación digital

Cambio estructural en tiempos de transformación digital

Cada año, la transformación digital suena con más intensidad en el Perú. Aunque luce como una necesidad, ¿tenemos el conocimiento suficiente para aplicarla?

Por: Walter Fuentes Berrocal el 21 Agosto 2019

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Fujitsu, empresa líder en el mercado de servicios de tecnologías de la información (TI), realizó un informe sobre los ingredientes esenciales para tener una buena experiencia en transformación digital. Así, determinó que solo el 20 % del éxito se debe a la tecnología y enfatizó en la importancia de las habilidades de las personas y en los procesos. 

Si todo fuera fácil, los indicadores de éxito de las empresas que intentaron transformarse a digital serían altos, y no es el caso. Existen proyectos que nunca se terminan porque el retorno de su inversión no llega tan rápido como esperan los altos mandos ―por una estrategia equivocada o por falta de conocimiento sobre estrategias digitales―.

Antes del cambio

La alta dirección debe apoyar la transformación digital, ya que su implementación implica alinear la tecnología a las estrategias de la organización, que deben tener como foco central al cliente, para brindarle valor, integrarlo a sus procesos y fidelizarlo. Estos procesos son ejecutados por personas que contribuirán al cambio.

Uno de los retos principales del cambio estructural es la resistencia a lo nuevo o desconocido, ya que habrá personas que no se adaptarán ni aceptarán nuevos roles.

Algunas organizaciones piensan que encaminarse en transformación digital significa implementar sistemas de información que reemplacen las labores de los trabajadores. Entonces, cae de maduro pensar que el retorno de la inversión se definirá por el recorte de personal. Una idea errada, ya que el retorno debe enfocarse en el aumento de las ventas y la reducción del costo de venta. 

Aspectos por mejorar

Las gerencias deben priorizar cambios culturales en todos los niveles de la organización, como fortalecer la comunicación interna para que los recursos se encaminen hacia el mismo objetivo. Asimismo, es necesario revisar la estructura organizacional y alinearla a la estrategia. Para ello, existen tres tipos de estructura: funcional, divisional y estrategia de negocios (UEN). 

Cada una de estas estructuras fue diseñada para un determinado negocio y no siempre tiene el éxito esperado. El análisis debe ser constante ante cada cambio de estrategia, ya que, incluso, puede volverse un ciclo repetitivo de revisión, hasta encontrar el plan que aporte mayor valor al negocio. 

Uno de los retos principales del cambio estructural es la resistencia a lo nuevo o desconocido, porque habrá personas que no querrán adaptarse a las nuevas políticas ni aceptar nuevos roles. Entonces, las gerencias tendrán que planear algunas formas de cambio en la cultura organizacional, como promociones, reingeniería y reestructuración, para lograr que los nuevos desafíos no afecten a los trabajadores. 

¿Cómo cambiar la estructura?

Respecto al cambio en los procesos de negocio y la integración de tecnología, es cierto que algunas tareas ahora se ejecutarán de forma automática y el personal que realizaba estas labores no siempre saldrá sobrando. Este debe dedicarse a tareas de análisis, pero no hará lo mismo y cambiará sus funciones con base en nuevos conocimientos. 

En este punto, cabe preguntarse si reestructuramos o, más bien, hacemos reingeniería. La primera opción, también conocida como reducción de personal, suele aplicarse cuando existe crisis o por estrategias empresariales, pero puede generar incertidumbre en los empleados y falta de compromiso. A largo plazo, es contraproducente para la organización. 

La reingeniería se preocupa por administrar los procesos y rediseñar el trabajo de los empleados, con base en el uso de TI. Incluso ahora, que existe tanto avance tecnológico, ha logrado un mayor protagonismo y nivel de exigencia, sin dejar de mencionar que los empleados sentirán más compromiso al sentirse parte del producto o servicio. 

En síntesis, no existe un solo camino al cambio estructural y cultural. Depende mucho del esfuerzo y la predisposición de cada integrante de la organización. Sin embargo, puede afirmarse que son los cimientos para lograr éxito en el duro camino de la transformación digital. ¿Crees que existe un punto intermedio entre reingeniería y reestructuración? Déjanos tu opinión.

Uno de los retos principales del cambio estructural es la resistencia a lo nuevo o desconocido, ya que habrá personas que no se adaptarán ni aceptarán nuevos roles.

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