¿Cómo lograr inversiones sin elevar impuestos?

¿Cómo lograr inversiones sin elevar impuestos?

Sergio Bravo, profesor del MBA de ESAN y director del Finance and Regulation Institute, explica que el impulso de las APP puede generar recursos para el estado sin generar un impacto en los bolsillos de la población. Los detalles en este artículo para Gestion.pe.

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En diversos países se llevan a cabo políticas públicas que ocasionan el agotamiento de los recursos fiscales, lo que ocasiona una dificultad para incrementar el gasto corriente o la inversión. El Perú no es una excepción, pues se han implementado políticas que llevan a un incremento del aparato del Estado en funciones no productivas y, por lo general, innecesarias para el funcionamiento eficiente de éste. Además, la inversión pública tiene problemas de calidad, pero es frecuente encontrar inversiones que no se terminan, a lo que debe sumar las políticas de expansión del gasto por razones populistas que buscan ganar adeptos.

Este ciclo político lleva siempre a dos caminos posibles: el primero, a través de la elevación de la recaudación fiscal con el incremento de tasas impositivas; y el segundo, que requiere la realización de reformas estructurales, enfocadas a la reducción del gasto corriente improductivo y al fomento de inversiones rentables en el sector privado. Es así que, la elevación de la recaudación es en realidad populista, fácil de realizar, pues no implica la ejecución de reformas de elevación de la eficiencia y productividad del Estado y del sistema productivo en general, solo significa darle un poco de oxígeno a un enfermo para ganar tiempo, y así evitar realizar una operación riesgosa, que requiere cambios estructurales, pero que lograría su recuperación.

Para realizar reformas estructurales, primero se debe tener claro qué sectores y segmentos deben reestructurarse y tener una estrategia de reforma, que implique la anulación o minimización de los costos sociales. Luego, se debe identificar dónde se puede obtener apoyo político y social, sobre todo si no es una fortaleza.

Entonces, cabe preguntarnos, ¿es posible realizar inversiones de infraestructura y servicios públicos sin recursos del tesoro público?, ¿estas inversiones pueden mejorar la calidad de vida de la población o incrementar la productividad para ser más competitivos?, ¿pueden tener un impacto positivo en el empleo?, ¿se puede lograr inversiones sin mayor impacto social?, ¿se puede lograr que las inversiones que se realicen sean sostenibles operativamente otorgando un buen servicio? La respuesta es sí, se pueden canalizar importantes inversiones, que además otorguen al Estado mayores recursos fiscales para otras actividades.

La clave está en el impulso de APPs, principalmente de las autosostenibles, pero también de las cofinanciadas. En este artículo nos centraremos en las APPs autosostenibles, por la mayor velocidad con la que se pueden estructurar y llegar al inicio de obra. Las cofinanciadas tienen un camino largo, tedioso e innecesario en muchas etapas, que incluso llega a ser contradictorio con la filosofía de las APPs de trasladar el riesgo de diseño a los operadores especializados, como sí se hace en las APPs autosostenibles. Lo que también se expondrá es la conveniencia de convertir APPs cofinanciadas en autosostenibles, a través del cambio de tasas o impuestos específicos en tarifas, para lograr que el usuario pague directamente por el servicio y por las inversiones.

En ese sentido, se analizarán diversos sectores: (i) El Sector Eléctrico, (ii) Sector Forestal, (iii) Sector Salud, (iv) Sector Saneamiento, (v) Sector Aeroportuario, (vi) Sector vial urbano, pero debemos ser conscientes que es aplicable a casi todos los sectores donde se desarrolla infraestructura o se otorgan servicios públicos.

En la década de los 90's se hicieron importantes reformas en el Sector Eléctrico, cuya modernización se sustenta en operadores eléctricos del sector privado, este es el caso de la Generación y la Transmisión Eléctrica que están casi totalmente concesionadas. En el sub sector de distribución se tiene principalmente a dos empresas privadas operando en Lima, aunque hay otras de menor tamaño, pero es notorio la presencia de distribuidoras de propiedad estatal.

Si quisiéramos ver la diferencia de resultados entre la operación privada y pública se puede analizar a las empresas de distribución eléctrica, allí se tienen diferencias visibles respecto a resultados económicos y en términos de indicadores de calidad y servicio. Ante las mismas señales de precios o tarifas -que en el Perú no distinguen el tipo de propiedad en las empresas- los operadores privados  obtienen mejores indicadores de rentabilidad económica superando incluso lo esperado, pero lo hacen cumpliendo con los Índices de servicio que exige la regulación eléctrica y supervisa Osinergmin; lo que no sucede con los operadores públicos, que paradójicamente obtienen menos rentabilidad económica y tienen deficiencias significativas en el cumplimiento de las normas de calidad y los indicadores de servicio, por lo que, si no fueran públicas, podrían estar en riesgo de perder la concesión de la operación.

Es interesante conocer la razón del deterioro de las instalaciones de las distribuidoras públicas, la causa se puede encontrar en la menor capacidad administrativa que tienen las gerencias de las empresas públicas -con las excepciones que siempre se encuentran-. Sin embargo, hay una razón más importante que explica la falta de inversiones en las empresas públicas y que les impide ser eficientes en la renovación de su infraestructura y equipos; esa razón es la escasa o nula capacidad de endeudamiento de largo plazo.

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Fuente: Gestion.pe