Llegó el momento de pensar la estrategia para San Valentín y lamentablemente las marcas caen en un sinfín de propuestas cliché. La inmensa mayoría pintará sus locales de rojo o pondrá mensajes cursis en sus redes sociales. Sin embargo, si los empresarios se toman el esfuerzo en pensar fuera de la caja lograrán golpear tanto la mente como el corazón de su cliente. Para ello, es imperativo reinventar las estrategias de marketing.

El primer mensaje central es que la campaña, aunque de temática romántica, refuerce la promesa y los beneficios de marca. Pilsen Callao logró una recordación de marca importante cuando diseñó una campaña en la que convenció al consumidor de regalar un "ramo de latas" como signo de amistad. Tal como su propósito de marca lo establece, si la amistad es amor tiene sentido regalar cerveza en lugar de flores.

El segundo mensaje es apostar por un mensaje disruptivo, de giro inesperado. Cuando todos buscaban el regalo perfecto, Real Plaza, sorprendió con la campaña "el regalo equivocado". En esta invitó a utilizar de excusa la devolución de un presente, para pasar tiempo en familia.

Finalmente, usar la data inteligentemente como parte de la campaña es quizá la decisión más acertada. Hoy la tecnología facilita registrar información cualitativa relevante como estado civil (que es quizás el dato más importante para esta campaña), número de hijos, edades o, inclusive, hasta mascotas. La campaña perfecta de San Valentín radicará en utilizar la propia información del cliente para ofrecer campañas personalizadas.

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Fuente: Gestión