
Lo que se intenta evaluar a través de los indicadores de solvencia de una compañía es el análisis e interpretación de los estados financieros. Esto consiste en identificar la capacidad de pago de la empresa a nivel total. A diferencia de los indicadores de liquidez, que pretenden medir dicha capacidad en corto plazo, la solvencia se considera en periodos mayores de doce meses.
Para medir la solvencia de una organización hay más de un camino. De acuerdo con Víctor Hugo Flórez, profesor del curso Análisis de estados financieros del PEE de ESAN, la primera opción es a través de una comparación. Es decir, se comparan los recursos que tiene la empresa (los denominados activos) con lo que la compañía adeuda a nivel total (los llamados pasivos).
Otra alternativa es relacionar el nivel de deuda con el monto financiado con el dinero de los accionistas (patrimonio neto). A esto se le llama "razón de deuda a patrimonio", también conocido como ratio D/E, por sus siglas en inglés. Son los ratios que expresan tanto la deuda como el patrimonio de accionistas y porcentajes (razón de endeudamiento y razón de capital, respectivamente).
Flórez señala que ambos caminos llevan a un solo resultado. Es decir, el objetivo es el análisis vertical del balance general de la organización o el estado de situación financiera, el cual mide la solvencia.
"Hay, pues, distintos ratios o razones financieras dentro del análisis de solvencia. Pero todos ellos, en el fondo, evalúan lo mismo: la manera en que la empresa ha financiado sus recursos; es decir, cómo obtuvo dinero para adquirir sus activos. Así se explica qué proporción de ellos fue financiada con deuda y qué parte fue financiada por sus accionistas", señala el especialista.
El hecho de medir la solvencia económica brinda un indicador muy importante en el área de finanzas de una organización. Sirve para ver si la empresa aún posee la capacidad de endeudamiento o si ya comprometió buena parte de sus recursos. Como sucede con otros indicadores, estos resultados deben analizarse bajo la lupa de distintos profesionales, hasta cruzar opiniones.
Hay quienes opinan que es positivo endeudarse más (apalancarse, desde el punto de vista financiero), ya que ello beneficia la rentabilidad del accionista. Sin embargo, esto no necesariamente favorece la rentabilidad de la propia compañía. Otros analistas indican que es preferible no recurrir al endeudamiento, ya que se puede comprometer la capacidad de pago del negocio.
Ambos casos están en lo correcto, ya que a mayor deuda o apalancamiento financiero, mayor rentabilidad del accionista. Pero, además, ello genera mayores riesgos de insolvencia o no poder cumplir con las obligaciones económicas contraídas. Por ello, hay que encontrar un equilibrio o diseñar una estrategia adecuada.
En síntesis, se puede medir y analizar la solvencia de una organización con más de un método. Sea cual fuese el elegido, esta sigue siendo un factor importante para las finanzas y debe considerarse antes de cualquier endeudamiento, préstamo o decisión trascendental.
Fuentes:
Entrevista a Víctor Hugo Flórez, profesor del curso Análisis de estados financieros en ESAN.
BBVA Empresas. "Liquidez, solvencia y rentabilidad. Herramientas de gestión".
Emprende Pyme. "Situación financiera de una empresa: Solvencia".
Portal de negocios de ESAN Graduate School of Business. Desde el 2010 difunde contenido de libre acceso (artículos, infografías, podcast, videos y más) elaborado por los más destacados especialistas. Encuentra contenido en más de 15 áreas y sectores como Administración, B2B, Derecho Corporativo, Finanzas, Gestión de Proyectos, Gestión de Personas, Gestión Pública, Logística, Marketing, Minería, TI y más. ¡Conéctate con los expertos de ESAN y aumenta tu conocimiento en los negocios!
Lydia Arbaiza, decana de ESAN, destacó en Gestión que la orientación a resultados es la filosofía clave para que las empresas peruanas trasciendan la coyuntura y aseguren su sostenibilidad. Arbaiza soslayó que, siguiendo el ejemplo de gigantes como Alicorp o AJE, las organizaciones deben adoptar una cultura de ejecución y medición constante.
Carlos Aguirre, profesor de los Programas del área de Finanzas de ESAN, analizó en Gestión la delicada convivencia entre el Consejo de Familia (que vela por el legado) y el Directorio (enfocado en la estrategia y meritocracia) en las empresas familiares. Para mitigar estos conflictos, priorizó la importancia vital del Protocolo Familiar: un marco normativo que actúa como árbitro para garantizar que la armonía familiar no sacrifique la competitividad del negocio.
Jhonnatan Horna, profesor del área de Operaciones y Tecnologías de la Información de ESAN, precisó en Gestión que la adopción de la IA no es un desafío tecnológico, sino de gestión del cambio. El docente sostuvo que, para evitar que estas herramientas terminen abandonadas, los líderes deben priorizar la utilidad real sobre la novedad y crear un entorno seguro donde el equipo pueda experimentar sin miedo al error.