
Todas las compañías, desde las más grandes hasta las más modestas, tienen una cultura, dado que, diariamente, sus miembros comparten valores y creencias. Sin embargo, una cultura de este tipo, que no está debidamente gestionada, no representa una fuente de ventajas competitivas ni sirve para obtener un mejor posicionamiento en el mercado.
En cambio, una cultura organizacional sí permite tales beneficios. Este concepto, surgido en los años ochenta, consiste en la interacción de valores, conductas, creencias y costumbres que desarrollan los empleados al interior de la empresa para la cual trabajan. "La cultura organizacional es la base de presunciones básicas y creencias que comparten los miembros de una compañía, las cuales trabajan inconscientemente y definen la visión que la empresa tiene de sí misma y de su entorno". Así la define Edgar Schein, considerado el creador de la cultura organizacional.
Una compañía puede situarse por encima de sus competidores a partir de la utilización de la cultura organizacional, dado que esta funciona como un factor crucial para identificar problemas y registrar soluciones. Además, se incluye positivamente en uno de los procesos fundamentales en toda empresa: la toma de decisiones de la alta gerencia.
Pero la cultura organizacional no solo se ocupa de guiar el comportamiento de los empleados, indicándoles cómo actuar frente a situaciones de crisis. Este concepto también funciona como un factor imprescindible de integración que logra que todos los trabajadores se sientan parte de la compañía.
Existen dos factores a los cuales se les debe poner mucho énfasis al momento de la formación de la cultura organizacional. En primer lugar, tanto los colaboradores como los directivos deben participar en la creación de esta cultura, procurando que sea sólida, duradera y positiva. En segundo lugar, es fundamental que la cultura organizacional se distancie de la rigidez y se caracterice por ser altamente flexible. Al poseer esta cualidad, será capaz de responder adecuadamente a los constantes cambios y nuevas tendencias que surgen en un campo tan impredecible y competente como el empresarial.
La cultura organizacional pretende optimizar significativamente el rendimiento general de una compañía y potenciar la productividad de la misma. Además, puede llevar a los empleados a alcanzar objetivos empresariales específicos, tales como el compromiso y la cooperación.
Fuentes:
Schein, Edgar. Organizational culture and leadership.
Revista Dirección Estratégica. "Cultura organizacional, ¿ventaja competitiva?"
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