El conocimiento y la experiencia no se devalúan

El conocimiento y la experiencia no se devalúan

Luis Felipe Calderón, profesor del MBA de ESAN, reflexiona sobre si realmente es necesario colocar a trabajadores jóvenes en reemplazo de profesionales experimentados dentro de una empresa. Los detalles en este artículo para la revista Aptitus.

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¿Cuántas veces he escuchado, en los últimos años, que los ejecutivos que rondan los 45 o 50 años son despedidos para ser reemplazados por mozalbetes de veintitantos o treinta y pocos años, y por la mitad del sueldo? Muchísimas.

¿Cuántas veces he escuchado a académicos decir que todo lo que sabes se vuelve obsoleto y que, en un mundo como el actual, la experiencia no sirve porque todo cambia a cada instante? Montones.

¿Cuántas veces he oído a supuestos gurús hacerle creer a su auditorio que el "nativo digital" es superior a ese ingeniero con gran experiencia, que aprendió a multiplicar con lápiz y papel y le tomó un año aprender a usar la regla de cálculo en la facultad? Demasiadas.

Cuidado con las modas

Si me lo preguntas en privado te diré, muy confidencialmente que creo firmemente que lo que está de moda es hablar tonteras, halagando lo "nuevo" y despreciando lo "viejo". También te diré, muy confidencialmente, que los que pontifican a los "millennials" y a los "centennials" y desprecian por "obsoletos" a los "baby boomers" son realmente unos ignorantes y unos acomplejados.

Veamos solo un ejemplo: llamarle teléfonos "inteligentes" a esos aparatitos que nos tienen esclavizados solo demuestra la astucia de los marketeros y su ignorancia total de lo que significa la palabra inteligencia.

He oído con espanto a varios académicos mayores afirmar que los "nativos digitales", solo por el hecho de serlo, tienen una ventaja insalvable con quienes no lo somos. Grave error. El razonamiento -implícito o explícito- detrás de esto es preocupante: como nacieron rodeados de aparatos supuestamente "inteligentes" en las manos y los aprendieron a usar desde antes de los dos años, deben ser personas muy inteligentes, con talentos inalcanzables para un obsoleto de más de 50 años.

Mi primera reacción ante estos argumentos fue imaginar a un "centennial", enfrascado buena parte del día en juegos en línea, videos y chats, que resulte más inteligente que Einstein, dado que el pobre Albertito ni calculadora electrónica conoció: hacía todo a base de cálculos mentales o con papel y lápiz, el muy infradotado.

Pues mucho cuidado.  Solo nos están vendiendo jarabe de culebra: a alguien joven que se dedica a los juegos electrónicos y al chat en línea no se le está desarrollando mágicamente una inteligencia, ni cognitiva, ni emocional, ni social. Muy por el contrario, está proclive a ser esclavo de lo que encuentre en sus búsquedas y en su vida académica solo sabrá usar el "copy/paste".

Lee el artículo completo aquí.

Fuente: Aptitus