El trabajo remoto más allá de la emergencia

El trabajo remoto más allá de la emergencia

Peter Yamakawa, decano de ESAN Graduate School of Business, habla sobre el marco legal del teletrabajo en el Perú y las condiciones que empresas y colaboradores deben reunir para que éste funcione apropiadamente. Los detalles en este artículo para El Comercio.

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El estado de emergencia decretado por el Gobierno Central para contener el avance del covid-19 cambió el modo de operar de la mayor parte de las empresas. Así, de un momento a otro, el trabajo remoto se convirtió en una realidad extendida, independientemente del rubro o tamaño de la organización.

Más allá de las particularidades en la implementación de esta modalidad de trabajo, las condiciones actuales son una gran oportunidad para que esta práctica se quede y que las altas direcciones en el caso de la gran y mediana empresa, así como por parte de los encargados de las micro y pequeña empresa, vean in situ sus beneficios y exista un cambio de mentalidad.

Por ejemplo, desde el punto de vista de los colaboradores se puede lograr una conciliación de la vida personal y laboral al permitir que las personas estén más tiempo con sus seres queridos (hijos, padres, esposos e incluso mascotas); reducción del estrés; mayor flexibilidad de horarios; reducción de los gastos al evitar desplazamientos hacia la oficina; mayor productividad y retención de talento. Ya desde el punto de vista de la empresa, se puede lograr una mayor retención del talento, sobre todo el joven; mayor inclusión de personas con discapacidad, ahorros en los costos fijos como luz, agua, internet, etc.

Pero, también debemos entender existen retos y necesidades para que el trabajo remoto se realice de la mejor manera: tener certeza que los trabajadores tengan conexiones a Internet y equipos adecuados para desempeñar sus labores sin interrupciones; implementación de indicadores y estadísticas que evalúen el desempeño de los colaboradores que trabajan desde casa; planificación de protocolos y calendarios de trabajo para la integración de las labores de cada colaborador; planes y metodologías que permitan la integración de los equipos de trabajo y de las áreas; capacitaciones para el uso de herramientas digitales, así como un buen soporte remoto de los equipos de servicios transversales como TI, por ejemplo.

Si bien por el momento, las empresas no tienen más opciones que implementar esta modalidad para continuar operando, es importante revisar la Ley Nº 30036 que regula el trabajo remoto en el país y dar los incentivos necesarios para que las empresas puedan seguir permitiendo esta modalidad una vez que se supere el estado de emergencia.

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Fuente: El Comercio