Durante una reciente entrevista, el experto explicó que, si bien esas plataformas agilizan los pagos y reducen el uso de efectivo, también son blanco de ciberdelincuentes que emplean técnicas de ingeniería social. 

Alvarado detalló que el “phishing” consiste en páginas falsas que suplantan la identidad de entidades bancarias para capturar credenciales, un método que se ha perfeccionado con herramientas de inteligencia artificial. 

Asimismo, el “smishing” utiliza mensajes de texto o WhatsApp para generar alertas falsas y robar información, mientras que el “vishing” se realiza mediante llamadas telefónicas que crean una sensación de urgencia para que las víctimas compartan sus datos. 

El académico enfatizó que las entidades financieras nunca solicitan claves o datos personales a través de estos canales no oficiales, por lo que la educación del usuario es la primera barrera de defensa contra estos delitos. 

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