Luis Mendiola, profesor de los programas de Finanzas de ESAN, expuso en Gestión los beneficios del uso de la inteligencia artificial en la tesorería junto con algunos ejemplos de entidades utilizando esta herramienta. Destacó los retos para las mypes para implementar esta tecnología.
En un mundo donde la digitalización financiera avanza a un ritmo imparable, la inteligencia artificial (IA) emerge como un elemento transformador en la gestión de tesorería. No obstante, la implementación de esta prometedora tecnología en soluciones de negocio concretas presenta desafíos significativos, sobre todo en el caso de economías emergentes como Perú, donde más del 80 % de las empresas son familiares, pequeñas o medianas. Estas enfrentan una disyuntiva crítica: cómo beneficiarse de las soluciones avanzadas de IA sin ser excluidas debido a las barreras económicas y estructurales.
En los países emergentes, la falta de acceso a infraestructura tecnológica avanzada y la escasa inversión en innovación obstaculizan la adopción de la IA en la tesorería. Pese a ello, algunas lecciones pueden extraerse de experiencias en países desarrollados y otras economías emergentes. Por ejemplo, las grandes corporaciones internacionales ya usan la IA para mejorar la eficiencia operativa, automatizar procesos rutinarios como la conciliación de cuentas, detectar fraudes y prever de flujos de caja. Empresas como Fides han logrado reducir procesos manuales que involucraban errores humanos y tiempos operativos más prolongados en el procesamiento de información, mediante el uso de algoritmos predictivos que optimizan la gestión de la liquidez. Esta transformación ha permitido a las grandes organizaciones ahorrar costes y gestionar de manera más ágil la volatilidad económica, una ventaja competitiva que resulta relevante, sobre todo, en tiempos de incertidumbre.
No obstante, las pequeñas y medianas empresas (pymes) enfrentan barreras más pronunciadas. La falta de personal cualificado en tecnología y las restricciones presupuestarias limitan su capacidad para adoptar la IA, una tecnología que requiere inversiones iniciales considerables. Además, la estructura familiar de muchas empresas peruanas puede generar resistencia al cambio, ya que la implementación de la IA implica una disrupción significativa en procesos que, aunque ineficientes, han sido tradicionales y fiables. Las pymes suelen percibir las soluciones actuales, más manuales y económicas, como menos arriesgadas y más accesibles a corto plazo.
No obstante, estas percepciones deben revaluarse a la luz de los beneficios que la IA puede ofrecer. Las soluciones actuales, aunque complejas, permiten a las empresas gestionar mejor su liquidez y mejorar sus estrategias de inversión y planificación financiera a largo plazo. En ese sentido, las pymes pueden optar por soluciones accesibles que no requieren el mismo nivel de inversión que las implementaciones en grandes empresas. Por ejemplo, herramientas basadas en la nube, como las ofrecidas por Kyriba y Aladdin, proporcionan acceso a funcionalidades avanzadas de IA con costos escalables, lo que facilita a las pequeñas empresas su adopción.
Otro aspecto crucial por considerar es la creciente demanda de una mayor visibilidad en tiempo real de las operaciones financieras. En un entorno donde las condiciones económicas pueden cambiar rápidamente, la IA puede ayudar a las pymes a responder con mayor rapidez y precisión a los cambios del mercado, al permitir decisiones informadas que minimicen riesgos. De hecho, las pymes que han implementado estas prácticas ya experimentaron mejoras en la gestión de su capital de trabajo y la reducción de errores en las transacciones diarias. A pesar de los desafíos, sería un error estratégico que las empresas peruanas, sobre todo las pymes familiares, sigan operando bajo prácticas convencionales solo porque son más baratas y menos complicadas.
El camino hacia la adopción de IA en tesorería no es sencillo, pero tampoco es insuperable. Empresas en países emergentes como la India han demostrado que la colaboración con fintechs y la implementación gradual de soluciones en la nube pueden ser efectivas. Estas experiencias sugieren que las empresas peruanas podrían beneficiarse de adoptar una estrategia similar y aprovechar soluciones SaaS que minimicen la inversión inicial y maximicen el retorno de inversión.
La IA y sus aplicaciones potenciales han llegado para quedarse. Aquellas empresas que retrasen su adopción en algún área crítica de la empresa corren el riesgo de quedarse atrás en un mundo donde la toma de decisiones en tiempo real y la gestión proactiva del riesgo son claves para la supervivencia. La IA no solo automatiza tareas, sino que habilita nuevas formas de análisis y predicción que pueden transformar la manera en que las empresas gestionan sus finanzas. Para las pymes peruanas, la clave estará en encontrar un equilibrio entre la innovación y la sostenibilidad económica para no quedarse fuera de una revolución tecnológica que está redefiniendo el panorama financiero global.
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