En el marketing de hoy, crear no es una opción - MIGDUP

En el marketing de hoy, crear no es una opción - MIGDUP

Solo uno de cada cinco productos sobrevive en el mercado más de 3 años después de ser lanzado. Ante esta complicada realidad, Luis Valdivia Zárate, profesor del PEE de ESAN, explica cómo las marcas pueden mantener su sostenibilidad, en este artículo para la revista Anda.

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Si aún no creen en mi premisa, solo piensen en el último producto nuevo que recuerden. ¿Les suena 'La Moradita' de Inca Kola?, ¿la cerveza 'Quara'?, o, quizás, ¿el 'atún de pollo' San Fernando? 

Y es que lanzar productos nuevos es una tarea ardua y compleja. Requiere de mucha investigación, certeza en cálculos de costos, análisis detallado en política de distribución, conciencia sobre manejo de precios, capacidad para hacer relevante el diferencial del concepto, contundencia para despertar el interés del consumidor, y como cereza, una nada despreciable cuota de suerte. 

Con más de 15 lanzamientos de productos en mi haber, puedo decir que esto es más difícil de lo que suena. Sin embargo, esto no significa que debamos conformarnos y vivir en la tranquilidad sosegada de nuestras marcas y productos habituales.  

Hoy en día, las categorías maduras y clásicas (pensemos en jeans, galletas, cemento, leche, etc.), son continuamente desafiadas por competidores dentro de su misma categoría y por nuevas sub-categorías. Es decir, hoy Gloria no solamente es desafiada por Ideal, sino también por un yogurt Tigo o por una "leche de almendras". Las galletas son atacadas por los snacks, las barras de cereal, los wafers, etc. Y así sucesivamente.

Vivimos en un mundo en el cual los límites entre categorías son cada vez más difusos, y en dónde nuestra competencia está buscando entregar más valor agregado y "alguito más" para restarnos competitividad. Hoy en día, tener un buen producto -de buena calidad y aspecto- es menos diferenciador que nunca y ya no basta con cumplir las expectativas del consumidor. Hoy tenemos que trascender su necesidad.

Donde antes el consumidor tenía un teléfono, debemos adicionarle un mapa de tráfico, un procesador de hojas de cálculo y un retocador de imágenes; y en donde antes tenía un té, hoy debemos ofrecerle un diurético, un quema grasa y un relajante. El mundo cambió y el consumidor también, ya que nunca antes tuvo una oferta tan variada y compleja.

Leer el artículo completo aquí.

Fuente: Revista Anda