Expectativas para el sector minero en el futuro cercano

Expectativas para el sector minero en el futuro cercano

Guillermo Shinno, líder sectorial de los programas en Minería de ESAN, analizó para Rumbo Minero la situación del sector y los escenarios que podrían producirse en el corto y mediano plazo, en el marco del gobierno de Pedro Castillo.

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Actualmente, la actividad minera se desarrolla en un clima de incertidumbre, dada la compleja coyuntura política nacional, con un reciente cambio de gabinete incluido. Sin embargo, esto no ha evitado que se logren mejoras en el sector durante el 2021 y se generen proyecciones positivas para el 2022.

Una de las razones por las que esto ha sucedido es el incremento en el precio de los commodities como el zinc y el cobre. Gracias a ellos, las operaciones de varios proyectos mineros se han mantenido a flote durante este periodo. Así, en agosto de este año, por ejemplo, la producción de cobre en el Perú aumentó en 4,6% con respecto a lo que se producía en el mismo mes del 2020. Y si se observa la producción acumulada hasta el octavo mes del año, ésta sería 10% mayor que en el mismo periodo del año pasado, según refirió el boletín estadístico del Ministerio de Energía y Minas (Minem).

El buen desempeño de la actividad minera también ha significado recuperar el empleo en el país. Aquí es importante recordar que, por cada empleo generado de manera directa por la minería, se crean hasta seis empleos indirectos. Además, también ha permitido incrementar la recaudación tributaria y dinamizar la economía local e incluso nacional, por lo que el beneficio no solo ha sido y es para el sector minero, sino para todo el país.

Si analizamos el mediano plazo, el escenario puede ser más positivo al considerar que existen 56 iniciativas a la espera de ser desarrolladas, las mismas que suman juntas una inversión de US$56 mil millones. No obstante, es fundamental que el presidente Pedro Castillo pueda señalar con claridad cuáles serán las nuevas reglas de juego para este sector.

Se habla de que se impulsarán los proyectos mineros, pero con rentabilidad social y ese concepto aún no está definido. Además, se debe tener presente que todas las actividades mineras ya desarrollan sus proyectos tomando en cuenta las necesidades sociales de sus entornos, apoyando en el desarrollo de la comunidad o en la construcción de infraestructura que no se encuentra disponible en dichas comunidades, tales como postas médicas, escuelas, caminos, entre otros.

También se ha mencionado que las empresas mineras deben aportarle más al Estado, lo que genera incertidumbre, sobre todo porque el Perú es uno de los países con carga tributaria más alta en lo referido a minería.

Considero que antes de pensar en obtener mayores ingresos por parte de esta actividad, debería mejorarse la eficacia del Estado para ejecutar los recursos que hoy tiene. La falta de capacidad de los gobiernos regionales y locales genera que más de 10 mil millones de soles retornen cada año al tesoro público debido a una mala gestión. Teniendo a su favor esta gran suma de recursos financieros, las entidades locales pueden realizar diversas acciones para impulsar el desarrollo de sus comunidades.

El juego de los escenarios

Sin las reglas de juego totalmente claras y pese al potencial que existe en el sector, es muy probable que las inversiones para nuevos proyectos se retrasen, pues los inversionistas van a esperar mayores señales de estabilidad. Frente a ello, es vital que se puedan resolver los siguientes puntos para con ello tener un panorama más claro de cara al próximo quinquenio:

En primer lugar, se espera que no se insista en una mayor carga tributaria cuando el problema no es conseguir mayores recursos (al menos de este sector, que es uno de los que más contribuye al país), sino mejorar la eficiencia del gasto e inversión por parte de los tres niveles de gobierno (nacional, regional y local).

En segundo lugar, se espera que se defina el concepto de rentabilidad social, que como ya se mencionó, actualmente las empresas mineras vienen empleando estos términos en el desarrollo de sus operaciones. Sobre este particular, según se dio a conocer el mes pasado en un diario local, el Ministerio de Energía y Minas ya habría desarrollado un documento que fija criterios específicos para determinar si en un proyecto existe o no rentabilidad social. La manera de corroborarlo sería contestando un cuestionario de 34 interrogantes sobre asuntos relacionados a la dinamización de la economía, el nivel de calidad de empleos, la infraestructura social, entre otros. No obstante, este documento aún no ha sido oficialmente presentado, y mientras tanto se ha cambiado al titular de este ministerio.


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Fuente: Revista Rumbo Minero