¿Falta de talento en el Perú? Qué hacer para reclutar al mejor

¿Falta de talento en el Perú? Qué hacer para reclutar al mejor

Jorge Merzthal Toranzo, director del MBA de ESAN, reflexionó en Gestión sobre la importancia del capital humano y su instrucción como sinónimo de progreso y desarrollo.

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La acumulación de capital humano es una variable importante para determinar la existencia de crecimiento económico en una nación. Y ese capital no se crea de la noche a la mañana, sino a través de una inversión en salud y educación consistente en el tiempo. En ese sentido, un reflejo de un país con talento capacitado-y, por consiguiente, desarrollado-son sus grandes oportunidades de empleo, mayores salarios y productividad por parte de su capital humano; sobre todo en aquellos trabajadores con un menor grado de instrucción.

La instrucción es el factor que marca la diferencia entre naciones desarrolladas y en desarrollo. Por eso, el Estado peruano debe adoptar esta premisa como una consigna, de tal manera que la inversión en la formación académica de nuestros compatriotas sea un plan a largo plazo que nos permita despegar de los problemas que nos aquejan hoy en día como nación: pobreza, crisis económica, informalidad, corrupción, entre otros.

En ese sentido, es imprescindible concebir a la educación como una inversión. No es gratuito que los países con economías desarrolladas cuenten con ciudadanos más competitivos y con salarios más altos. Tampoco resulta una casualidad que las universidades más prestigiosas del mundo se encuentren situadas en los Estados Unidos, Japón y en la Unión Europea, por ejemplo. Se trata de una clara muestra de que la inversión genera un retorno tarde o temprano.

Otro punto complementario a la inversión educativa es la capacitación profesional. Los ejecutivos y trabajadores de los países mencionados también reciben una capacitación en sus empresas. En el caso de Japón, por ejemplo, las horas mínimas que dedican por año a capacitar a sus profesionales son más de trescientas, y en los Estados Unidos se capacita en las empresas entre doscientas y doscientas veinte horas al año a los trabajadores. Una evidencia empírica que, de implementarse en el Perú, podría generar un gran cambio.

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