La ética en los contratos: ¿Cómo contribuye a la imagen de una empresa?

La ética en los contratos: ¿Cómo contribuye a la imagen de una empresa?

Un contrato firmado entre dos o más partes que demuestran un comportamiento ético, bajo el principio de la buena fe y la búsqueda de beneficio mutuo, aumenta la confianza y la seguridad en el cumplimiento de los acuerdos establecidos.

Por: Ítalo Bizerra Osorio el 15 Agosto 2022

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La ética nos muestra una serie de principios que orientan la conducta humana. Por ejemplo, al celebrar y ejecutar un contrato, se espera su aplicación por los contratantes, bajo el principio general de la buena fe que existe en el derecho. En ese sentido, analizaremos la relación estrecha que existe entre la ética y la elaboración y la ejecución de las obligaciones contractuales, bajo el principio de la buena fe. También conoceremos cómo se elaboran los contratos y bajo qué principios se regulan, al asumirse diversas obligaciones que honrar.

La buena fe y las intenciones en común

Un contrato representa el acuerdo de voluntades que regula una relación jurídica patrimonial. Es de carácter voluntario, pero, una vez celebrado, las partes involucradas deben cumplir con las contraprestaciones aceptadas de manera voluntaria. Este aspecto es importante porque, en el derecho privado, rige el principio de la autonomía de la voluntad de las partes, es decir, puede pactarse lo que se quiera, siempre que no se contravengan normas de orden público (legales y de carácter imperativo) ni las buenas costumbres.

El ordenamiento civil dispone que los contratos deben negociarse, celebrarse y ejecutarse según las reglas de la buena fe y la común intención de las partes. La bona fides, como la nombraron los juristas romanos, era sinónimo de honradez, leal comportamiento y rectitud, y llegó a constituir un principio rector de los negocios jurídicos. La doctrina peruana considera que la buena fe no es una creación del legislador, sino la adaptación de un principio inherente a la conducta del hombre en su convivencia en sociedad.

El valor de un comportamiento ético

La ética es una disciplina filosófica que estudia el conjunto de costumbres y normas que dirigen o valoran el comportamiento humano y sus relaciones con la moral, que se define, como la ciencia de los fines de la vida y de los principios de acción que, en última instancia, son la felicidad y la virtud.

En ese sentido, hay que afianzar la ética en la celebración y ejecución de los contratos, ya que permitirá reducir los costos de transacción al existir un tratamiento entre personas con comportamiento ético. Así, los aspectos no contemplados en el contrato y las controversias que puedan surgir en la ejecución de obligaciones podrán resolverse mediante un trato directo, sin requerir otros mecanismos de solución de controversias que encarecen la contratación, como el arbitraje o el proceso judicial.

Un comportamiento ético es valorado por los jueces y árbitros en la resolución de controversias. Por lo tanto, al ejecutar un contrato, permitirá acentuar la imagen de la persona y la empresa en valores que respetan y valoran a sus clientes, proveedores y trabajadores. Ello facilita la interacción entre directivos, empleados y colaboradores para el desarrollo de sus respectivos roles, al crear dinámicas de lealtad y colaboración con gran influencia en la motivación personal y colectiva, y afianzar los valores comunes de una sociedad participativa y democrática.

Formación jurídica con enfoque ético

Es evidente la importancia de que, en todos los cursos, se enfatice el componente ético de manera transversal, dada la crisis del sistema de valores en la sociedad actual que caló de manera profunda en los agentes y fuerzas sociales. La honestidad en cada pequeña acción diaria demuestra que una persona es íntegra y que asume la responsabilidad de sus propios actos y de los compromisos adoptados de manera contractual.

Este enfoque educativo es más relevante aún si consideramos que la mayoría de graduados de maestrías en ESAN ocuparán cargos gerenciales en el sector privado y público, y asumirán la responsabilidad de dirigir una empresa, proyecto o emprendimiento. La dirección de un negocio implica celebrar una serie de contratos con los clientes, proveedores y trabajadores, por lo que es necesario conocer las normas que regulan los contratos, más aún si el sistema legal peruano se enmarca en el civil law, a diferencia del common law de los países anglosajones.

El civil law gira en torno a normas jurídicas y se precede de reglas generales (normas jurídicas) a decisiones individuales (método deductivo). De ahí la importancia de actuar con ética en la elaboración de los derechos y las obligaciones que asumen las partes y, sobre todo, en la ejecución contractual. ¿Cómo se aplica la ética en el aspecto contractual de tu organización? Cuéntanos tu experiencia.

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Un comportamiento ético al ejecutar un contrato acentúa la imagen de la persona y la empresa en valores que respetan y valoran a sus clientes, proveedores y trabajadores.

Ítalo Bizerra Osorio

Ph. D. en Administración y Dirección de Empresas por ESADE, Barcelona. MBA por la Université du Québec, Montréal. Ha sido presidente y miembro de comités especiales de Promoción de la Inversión Privada, asesor legal, secretario general y director ejecutivo adjunto de Proinversión. Además, fue Director de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad ESAN. Tiene experiencia en la estructuración legal de Project Finance en megaproyectos como Camisea, la concesión del Aeropuerto Jorge Chávez, entre otros. Actualmente es Directo de la Revista GIURISTI y de la Clínica Jurídica de ESAN.