Las bodeguitas y la crisis

Las bodeguitas y la crisis

Hugo Rodríguez, coordinador y profesor del Programa de Alta Especialización en Retail Management de ESAN, explica cómo las restricciones y el estado de emergencia pueden generar grandes oportunidades de ventas para las bodegas. Los detalles en este artículo para El Comercio.

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Ante el anuncio de la implementación del toque de queda de 08:00 pm a 05:00 am, junto con las restricciones al tránsito vehicular particular, se abren oportunidades para el comercio tradicional, especialmente para las bodeguitas de barrio, por dos razones.

La primera, porque la reducción del horario afectará al canal moderno, disminuyendo el tiempo de atención. Esto, debido a que las cadenas de abastecimiento de alimentos deberán cerrar más temprano para realizar sus procesos de ajuste interno y liberar al personal de tienda, con la finalidad de que puedan regresar a sus hogares. Y, en segundo lugar, porque la restricción al tránsito vehicular particular aunado a la evidente falta de transporte público (taxis y ómnibus) reducirá el tráfico de personas hacia las tiendas del canal moderno; sumado a la prohibición de los servicios de delivery.

Lo anterior, genera grandes oportunidades de ventas, optimización del servicio al cliente y reposicionamiento para las bodeguitas, las cuales estas deberían aprovechar. Un ejemplo de ello podría ser la atención cercana al horario de inicio o fin del toque de queda.

Para que las bodeguitas puedan mejorar su servicio y, por consiguiente, aumentar sus ventas, creo que son necesarias las siguientes acciones:

Un buen sistema de aprovisionamiento de productos, principalmente de perecibles, lo cual requiere que, tanto el mercado de Santa Anita como los distribuidores, funcionen oportunamente, reforzando el flujo y calidad de los productos. Asimismo, es necesario que los proveedores ajusten la frecuencia de sus visitas, dadas las restricciones de espacio y capital de trabajo de las bodegas.

Implementar un servicio de entrega a domicilio, ya sea tomando órdenes por teléfono o mediante listas que los clientes puedan dejar en la tienda. Además, si es que pueden adoptar medios de pago electrónicos, van a tener una gran ventaja competitiva en el mercado.

Implementar prácticas de protección frente al COVID19 en la atención en tienda y en la entrega a domicilio (uso de mascarillas y guantes, por ejemplo) ya que a mayor tráfico de clientes aumentan las posibilidades de contagio.

Revisar el crédito que dan a sus clientes. Esto debido a que pueden aumentar su exposición a las malas deudas, principalmente porque el consumo de las familias aumentará durante el periodo de la crisis.

Paralelamente, es necesario que los proveedores revisen "temporalmente" sus políticas crediticias y de servicio (límites de crédito, plazo y velocidad de entrega) para que aprovechen el aumento del consumo en el canal tradicional y, quién sabe, rebalancear el costo de servir por canal, lo que puede traerles mejores resultados financieros.

Lee el artículo completo aquí.

Fuente: El Comercio