Antes de lanzar cualquier producto al mercado, es importante recabar información y realizar una serie de pruebas para asegurar su rentabilidad. El producto mínimo viable (MVP) nos ayudará a cumplir estos objetivos
El producto mínimo viable (MVP, por sus siglas en inglés) no se refiere a productos finales, sino a los que tienen todas las características básicas, son funcionales y cumplen con los requisitos mínimos establecidos por el contratista. Sus características principales son tres:
1. Definir la propuesta de valor. Esta propuesta está vinculada al producto o, con mayor precisión, a la capacidad de atraer la atención del consumidor. Es importante considerar un MVP útil, atractivo y viable a la vez, que el público en general pueda usar.
2. Determinar plazos. Una de las principales características del MVP es su breve tiempo de creación. Los emprendedores no pueden perder una oportunidad en un mercado altamente competitivo. Con esto en mente, deben crear un cronograma que abarque desde la planificación hasta el lanzamiento del producto, y establecer una posible fecha límite para cada cierre.
3. Establecer la función básica de MVP. El punto donde emerge el MVP es la fase de idealización. Si un emprendedor tiene una idea de negocio potencialmente útil, es hora de comenzar a desarrollar una versión de prueba. Tenga en cuenta que el MVP está diseñado para ser económico y asequible, y puede construirse en el menor tiempo posible. Por lo tanto, el producto debe contar con las características más básicas y la mínima funcionalidad.
4. Reserva presupuestaria. Como esta no es la versión final, los costos de desarrollo del MVP tienden a ser exponencialmente bajos. Sin embargo, el producto debe satisfacer al público en general, por lo cual debe cumplir con el valor mínimo esperado. En otras palabras, es importante desarrollar un MVP al menor costo posible, sin sacrificar el mínimo para hacerlo comercialmente viable. Lo ideal es crear una lista de todas las inversiones necesarias para crear un MVP.
5. Creación de un canal de servicio al cliente específico. Al desarrollar un producto mínimo viable, es importante considerar estrategias para determinar su impacto. Un MVP que no recibe retroalimentación pierde completamente su propósito.
6. Prueba de la reacción del mercado. En la actualidad, el producto mínimo viable debe estar disponible en el mercado. Aquí es cuando debe medirse la reacción del mercado y el nivel de interés de las personas, ya que se vuelve decisivo para determinar si vale la pena invertir en la idea.
7. Análisis de los datos obtenidos. Los datos obtenidos a través de la prueba deben ser analizados de manera cuidadosa y sistemática, con el objetivo de que sirvan como base para realizar cambios en el producto antes de su lanzamiento.
El producto mínimo viable es una increíble y muy valiosa fuente de información. Su correcta ejecución permite recolectar insights que serán aplicados para una mejora del producto final. Un MVP no busca vender, sino recolectar datos para desarrollar un proyecto que satisfaga con efectividad las necesidades de la audiencia. ¿Has aplicado este proceso en el desarrollo de algún producto? Cuéntanos tu experiencia.
Se ha desempeñado como Gerente Financiero y de Proyectos por 10 años. Máster en Gestión y Dirección Financiera en la Universidad Politécnica de Cataluña (España), Administrador (PUCP) , Postgrados en Supply Chain Management (UPC) y docente de Post Grado en ESAN Business School. Actualmente, es el Founder de New Agile Academy, donde desarrolla consultorías e implementaciones en métodos ágiles e innovación.