Enrique Louffat, profesor de los programas de Administración de ESAN, profundizó en Gestión las diferencias entre los administradores y líderes bajo la lupa de los componentes del proceso administrativo: planeación, organización, dirección y control.
¿Es lo mismo ser administrador que líder? La diversidad de opiniones y posturas es una constante en este tema administrativo. Para algunos, las diferencias son insignificantes; para otros, resultan esenciales. Para abordar este debate con un marco conceptual adecuado, es fundamental recordar que el proceso administrativo se sustenta en cuatro elementos centrales: planeación, organización, dirección y control.
La planeación se enfoca en definir lo que la empresa es actualmente y lo que aspira a ser en el futuro. Para ello, es necesario desarrollar los siguientes aspectos: definir la misión y la visión, formular los objetivos a cumplir y proponer estrategias basadas en un análisis detallado de las amenazas y oportunidades del entorno, así como de las fortalezas y debilidades internas. Estas estrategias se complementan con políticas que guían su aplicación. Finalmente, se elaboran los cronogramas de actividades y los presupuestos financieros que proyectan su ejecución.
La organización se encarga de diseñar una estructura que permita distribuir de manera eficiente las unidades orgánicas y el personal para garantizar el cumplimiento de lo planificado. Para ello, es fundamental definir tres herramientas clave: el modelo organizacional, la estructura gráfica que representa el modelo elegido y los manuales necesarios, como los de organización y funciones, puestos, procedimientos, instrucciones y procesos, entre otros.
Por su parte, la dirección se centra en gestionar las interacciones del personal a partir de un conocimiento profundo de cada individuo. Esto implica, en primer lugar, un entendimiento a nivel psicológico individual, ya que cada persona posee una personalidad, motivaciones, inteligencias y sensaciones distintas. Este conocimiento permite aprovechar al máximo los talentos individuales. Asimismo, es fundamental comprender las relaciones entre los colaboradores mediante el análisis de redes sociológicas.
Sobre esta base, se hace necesario desarrollar y potenciar habilidades clave, entre las que destacan: el liderazgo, el trabajo en equipo, la motivación, la comunicación, la negociación y la toma de decisiones, entre otras.
Finalmente, el control se encarga de verificar la eficiencia en la ejecución de la planeación, la organización y la dirección de los distintos recursos: humanos, materiales y financieros.
Con base en lo expuesto, puede afirmarse que la administración, fundamentada en el proceso administrativo, abarca de manera integral los cuatro elementos clave: planeación, organización, dirección y control de todos los recursos financieros, materiales y humanos. Por su parte, el liderazgo, como componente del elemento dirección, se enfoca esencialmente en el personal, guiándolo, dirigiéndolo, motivándolo e inspirándolo. Esto se debe a la naturaleza espiritual, emocional, racional y fisiológica del ser humano, características que no poseen los recursos financieros ni materiales.
A continuación, presentamos algunas diferencias clave entre el administrador y el líder:
1. Enfoque y ámbito de acción:
2. Reacción frente a los desafíos:
3. Rol dentro de la organización:
4. Racionalidad vs. emocionalidad:
5. Rol en las relaciones:
6. Formación vs. talento innato:
En definitiva, aunque existen diferencias claras entre ambos conceptos, el administrador y el líder no son términos excluyentes; por el contrario, es fundamental que se complementen. De este modo, un administrador puede potenciar sus habilidades de liderazgo, mientras que un líder puede fortalecer sus competencias administrativas.
En la práctica, observamos numerosos casos de empresarios exitosos que, sin haber cursado una carrera en administración, poseen una visión estratégica y una ejecución empresarial efectiva, gracias a sus talentos y habilidades naturales para los negocios. Sin embargo, a medida que sus emprendimientos crecen, sienten la necesidad de contratar profesionales en administración que los apoyen técnicamente mediante la aplicación de herramientas, metodologías y modelos de negocio. Esta colaboración les permite alcanzar sus metas y consolidar el desarrollo de sus empresas.
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