
El rubro de la consultoría empresarial abarca una vasta gama de especialidades. Independientemente de la actividad en que se aplique, ciertos aspectos comunes deben tomarse en cuenta para iniciarse, mantenerse y crecer en este ámbito.
Focalizar el eje del negocio: Pese a que un volumen considerable del negocio es concentrado por las grandes compañías consultoras, sigue siendo viable que los consultores individuales o las pequeñas empresas apuesten por nichos específicos. En ese sentido, el experto Antonio Gigirey advierte: "Empiezas con mucha ilusión y cometes el error de querer abarcar demasiado, hasta que te das cuenta que tienes que centrarte, focalizar más el eje de negocio y actuar sobre unos clientes más concretos".
Diferenciarse de los demás: Un emprendedor en solitario, o una pequeña consultora, pueden diferenciarse con un servicio más personalizado y de buena calidad. Será importante investigar cuáles son los vacíos dejados por las grandes compañías y, a partir de ahí, ofrecer productos a los clientes, incluso en nichos tradicionales como las comunicaciones y el marketing.
No descuidar la inversión inicial: Hay quienes piensan que para contar con una consultoría es suficiente tener una computadora, acceso a internet y un celular. No es así. Hace falta desarrollar una marca, tener presencia en la web, generar una imagen corporativa y suscribirse a publicaciones especializadas, entre otras iniciativas.
No construir la casa por el tejado: A diferencia de otros sectores, en el negocio de la consultoría no es aconsejable el ingreso de emprendedores inexpertos y sin contactos previos. Es importante transmitir credibilidad a los clientes potenciales sobre la base de la experiencia.
"Comenzar solo con la marca y la oficina, para después iniciar la búsqueda de clientes, es un error que no aconsejaría a nadie. Es necesario y recomendable empezar la actividad con una cartera de contactos mínima, y crecer en paralelo a tus posibilidades", señala Gigirey.
No descuidar el marketing: Este aspecto no implica llevar a cabo una campaña costosa. Por ejemplo, las simples recomendaciones de boca a boca pueden resultar fundamentales. En base a ellas se han podido armar e incrementar muchas carteras de clientes. También puede emplearse el marketing de guerrilla pedidiendo referencias a otros clientes, generando contactos vía correo electrónico y desarrollando un sitio web atrayente.
Participar en eventos del sector: Hay que estar sumamente atentos a los foros, seminarios, congresos y cualquier tipo de evento en que participen potenciales clientes. Hay que hacerse notar por ellos participando activamente; y si es en calidad de expositor, mucho mejor.
Asociarse con otros emprendedores o consultoras grandes: A veces, por las dimensiones de la empresa, no es posible asumir una consultoría específica que demanda muchas horas/hombre de trabajo. Para esos casos es recomendable asociarse con otros emprendedores y realizar una labor compartida. Otra opción es ser subcontratado por una compañía más grande, para cubrir algunos aspectos específicos que la gran consultora no abarca.
No apostar por el factor precio: Los honorarios y precios a fijar deben estar en función en función de lo que se ofrece: un servicio de calidad y que agrega valor al cliente. Este debe entender que optar por un servicio de menor precio implicaría un servicio menos eficiente.
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