
¿Qué hay detrás del crecimiento y la vigencia de ESAN Graduate School of Business? Principalmente: procesos que ordenan, decisiones que trascienden y una cultura que sostiene la excelencia. Conoce más sobre los logros de la Escuela de Negocios número uno del Perú en este 2025.
Hace dos años asumí la dirección del Decanato de ESAN Graduate School of Business, una institución que forma parte de un selecto grupo de escuelas de negocios más reconocidas en América Latina. Ser la primera mujer en liderar esta responsabilidad significó abrir un camino, pero también asumir un compromiso profundo: demostrar que el liderazgo, cuando se ejerce con orden, propósito y disciplina, trasciende más allá de los resultados.
Hoy, al cerrar mi segundo año de gestión, puedo afirmar que nuestra mayor transformación no ha estado solo en lo visible —nuevos programas, crecimiento, reconocimiento internacional—, sino en lo que no siempre se ve: reenfoque de la estructura organizacional, procesos mejor organizados, decisiones tomadas a tiempo, estandarización que permite escalar, eficiencia que sostiene el crecimiento y una cultura de cumplimiento que empieza a caracterizarnos como escuela. Esto ha sido posible con el apoyo de nuestro rector, de nuestros directores de programas y áreas, profesores de la facultad y por supuesto de cada uno de los miembros administrativos que conforman la Escuela.
Este 2025, nuestra escuela reafirmó una vez más su liderazgo en el Perú y en América Latina al destacar en el prestigioso QS Global MBA Rankings 2026, elaborado por Quacquarelli Symonds (QS). Justamente, fuimos reconocidos como la número uno del Perú y alcanzamos el sexto lugar en América Latina, subiendo una posición respecto a la edición 2025. Este avance refleja la mejora continua de nuestra institución y el reconocimiento que goza su MBA por sus altos estándares internacionales, en especial al ser el mejor MBA del Perú y la institución con mejor retorno de inversión.
Nada de lo logrado ha sido improvisado. Todo responde a un eje central que guía cada acción: el Plan Quinquenal institucional, que define nuestras prioridades y nos obliga a pensar con visión, no con reacción.
Este segundo año nos permitió consolidar algo esencial: el alineamiento riguroso al Plan Quinquenal de la escuela como forma de gestión. Cada paso que damos —desde el diseño académico, las alianzas internacionales, la reorganización interna y los proyectos de eficiencia, hasta el relacionamiento con el mercado— está sustentado en objetivos de largo plazo, medibles, evaluables y sostenibles.
El plan nos ha enseñado a crecer con responsabilidad y gracias a ello tenemos una mejora continua en:
En otras palabras, ya no lanzamos iniciativas para crecer. Crecemos porque cada iniciativa responde a una planificación anual previa.
En nuestro sector, el crecimiento suele medirse en número de alumnos o ingresos, y claro que hemos crecido, tanto a nivel del Doctorado, MBA, Maestrías Especializadas, Educación Ejecutiva e Institutos, gracias a un excelente trabajo de ventas a nivel nacional.
Durante estos dos años también demostramos que sí es posible crecer reduciendo costos operativos, siempre que se planifique rigurosamente, se controle con responsabilidad y se utilicen sinergias ya creadas. La consolidación de los institutos es un claro ejemplo de esto: la estandarización y las sinergias generadas han permitido no solo el crecimiento de ventas, sino también una reducción importante en costos que ha generado un incremento del margen respecto al 2024.
Después de dos años, puedo decir con satisfacción que nuestro sello no es la improvisación, sino el cumplimiento: de metas, de tiempos, de estándares académicos, de compromisos con el mercado. Esta consistencia, silenciosa pero firme, ha fortalecido nuestra reputación como escuela de negocios.
Cuando una institución crece, los procesos deben fortalecerse, pero también las personas. Ser decana me ha recordado que la eficiencia no tiene sentido si no mejora la experiencia de quienes forman parte de la escuela: estudiantes, docentes, colaboradores, empresas aliadas y graduados. Esto se ha logrado gracias a la consolidación de la estructura organizacional del Decanato y a la conformación de un equipo heterogéneo, eficiente y sinérgico.
Cada decisión tomada en estos dos años buscó mejorar su experiencia:
El liderazgo, aprendido en este camino, no es solo dirigir; es ordenar para servir mejor.
El próximo año será especialmente complejo para el Perú. Un periodo electoral siempre altera proyecciones económicas, decisiones de inversión y dinámicas del mercado educativo. Frente a ese escenario, nuestra respuesta no será el temor ni la pausa, sino la firmeza.
Continuaremos cumpliendo los objetivos del Plan Quinquenal y cumplimento de los OKRs, ya que nuestro compromiso es claro: seguir creciendo, pero siempre desde el orden, la disciplina, la pertinencia académica y la responsabilidad financiera.
Ser decana de una escuela de negocios implica tomar decisiones difíciles, pero también disfrutar de logros compartidos. Reafirmo algo que aprendí en estos dos años: el crecimiento no empieza cuando expandimos la oferta académica; empieza cuando logramos que cada pieza de la organización funcione con claridad, enfoque y propósito.
Agradezco a todos quienes han sido parte de esta construcción: profesores, directores, colaboradores, estudiantes, graduados, empresas aliadas, socios internacionales y a quienes confían en el valor de esta Escuela. Hemos demostrado que el orden puede ser profundamente transformador. Ahora, sigamos construyendo. No para crecer más rápido, sino para crecer mejor.
Decana de ESAN Graduate School of Business y profesora principal del área académica de Administración en ESAN Graduate School of Business. Profesora de Liderazgo, Comportamiento Organizacional y Gerencia Estratégica en los programas de MBA y maestrías funcionales.
Doctora en Ciencias Económicas (Ph. D. in Economics) por la WHU - Otto Beisheim Graduate School of Management, Koblenz, Alemania. Magíster en Administración por ESAN, Lima, Perú.
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