OxI vs Obra Pública Tradicional: ¿Cuál es la mejor opción para la infraestructura del Perú?

OxI vs Obra Pública Tradicional: ¿Cuál es la mejor opción para la infraestructura del Perú?

Sergio Bravo, profesor de ESAN, analizó en Gestión cuáles son las principales diferencias entre la Obra por Impuestos (OxI) y la Obra Pública Tradicional, así como las posibilidades de implementar cada una en el Perú.

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Dentro de las alternativas de desarrollo de los proyectos Infraestructura Pública se puede destacar la de Obra por Impuestos (OxI), la cual permite a las empresas privadas complementar las estrategias de inversión pública tradicional y promover el desarrollo económico y social, principalmente en el ámbito regional donde operan dichas empresas.

Existe una ventaja diferencial de las Obras por Impuestos frente a la obra pública tradicional: los tiempos de ejecución son más predecibles y sin mayores demoras, lo que a su vez garantiza un mejor nivel de ejecución presupuestal. Cabe mencionar que las demoras en la ejecución de una obra aumentan significativamente sus costos, especialmente si es necesario reiniciar el proceso constructivo.

Las empresas privadas pueden impulsar el desarrollo económico de sus regiones al mejorar su competitividad y contribuir al desarrollo social mediante la provisión de servicios públicos. Además, al fortalecer su imagen pública y demostrar su compromiso con la responsabilidad social empresarial, aumentan su reputación y reconocimiento. Aunque algunas empresas privadas pueden recuperar sus inversiones en OxI, muchas optan por realizar inversiones adicionales para el desarrollo y la gestión de dichas asociaciones, así como para cubrir desviaciones presupuestarias imprevistas. Este nivel de compromiso por parte de las empresas privadas permite que este esquema de colaboración sea más ágil y flexible, lo que se traduce en una atención más rápida y efectiva a las necesidades de los ciudadanos.

Si bien las OxI y la Obra Pública Tradicional, incluyendo las obras desarrolladas mediante convenios de gobierno a gobierno, presentan ventajas, todas comparten un problema común: la falta de enfoque en la calidad y los niveles de servicio a largo plazo. Estas iniciativas suelen reflejar la visión de los administradores de los sectores o niveles de gobierno en el momento de su planificación, sin considerar adecuadamente las necesidades futuras de operación y mantenimiento, que a menudo abarcan períodos extensos, incluso superiores a 30 años en la mayoría de los casos.

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