Con frecuencia, cuando nos preocupamos por un problema, ya es demasiado tarde. "Después de robao', candao'", dice un dicho popular, y lamentablemente esto es bastante común en nuestro país. Así, cuando nos preocupamos por nuestra carrera ejecutiva suele ser demasiado tarde.
Y es que la falta de proactividad y previsión cobra víctimas a diario y somos entusiastas seguidores de la reacción tardía y de la improvisación. Por eso es importante que, en este momento en el que tienes un empleo (y aunque no lo tengas), te pongas a pensar en cómo hacer para que, llegado el día, tu nombre no esté en esa lista negra de los que serán despedidos.
Gustamos creer que, si otros se salvaron de la lista negra, debe ser porque están en algún "amarre", y que si nosotros sí estamos en esa malhadada lista es porque no somos "sobones" o por cualquier otra razón. Pero auqnue esto sea verdad en algunos casos, en el fondo significa echarle la culpa al "destino" o a causas externas a nosotros. Sería mejor si asumiéramos nuestras responsabilidades, si tomásemos nuestras carreras en serio y planificáramos nuestro futuro.
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Fuente: Aptitus