La combinación de los pensamientos vertical y lateral permiten a los profesionales identificar oportunidades de innovar los procesos internos de sus organizaciones. Aquí te explicamos en qué consisten y cuáles son sus diferencias.
Cuando nos asigna una labor que debemos cumplir en nuestras organizaciones, se activan dos tipos de pensamiento en nuestros cerebros: uno lógico o vertical y otro creativo o lateral. Ambos parecen contrapuestos, pero es importante complementarlos para asegurar el éxito en nuestro trabajo diario.
Es un tipo de pensamiento enfocado en el encadenamiento lógico, secuencial y correcto de las ideas para asegurar una resolución creativa y positiva al problema que sea. Esta manera de pensar se apoya en conocimientos o ideas previas que ya fueron validadas, así como en soluciones que antes demostraron ser eficaces.
El pensamiento vertical es bastante útil en ciertos campos como las ciencias y las matemáticas. La resolución de problemas en ambas disciplinas implica seguir una secuencia concreta que, de alterarse, produciría una respuesta incorrecta.
También llamado pensamiento divergente, consiste en formular ideas basadas en la creatividad, el ingenio y la perspicacia, factores claves para el cambio y el progreso. En ese sentido, plantea la reestructuración de los modelos actuales y diseñar nuevos modelos. Al liberar las ideas anticuadas de su enfoque restrictivo, facilita cambios de actitudes y enfoques basados en conceptos que, hasta hoy, parecían inamovibles.
El pensamiento vertical y el lateral deben complementarse entre sí. El primero, por sí solo, trabaja en base a modelos fijos de conceptos que limitan la creación de nuevas ideas. En tanto, el segundo puede generar varias soluciones erróneas a un mismo problema, dado que no sigue los pasos de manera estricta, es decir, busca su propia dirección.
A pesar de que ambos tipos de pensamientos parecen opuestos, lo cierto es que ninguno es más eficaz que el otro. Es importante tener claras sus diferencias más notorias para descubrir las maneras más efectivas de complementarlos.
En el interior de las empresas, es importante que los colaboradores apliquen ambos tipos de pensamiento en su labor diaria. Por ejemplo, cada organización cuenta con una serie de protocolos para realizar determinadas labores. Al seguir estos procedimientos oficiales, se hace uso del pensamiento vertical.
No obstante, siempre pueden surgir imprevistos que dificulten completar la labor siguiendo el protocolo establecido por la organización. En estos casos, el trabajador deberá aplicar el pensamiento lateral para hallar nuevas formas de completar el proceso que, incluso, pueden ser más ágiles y efectivas.
Todos los profesionales empleamos a diario nuestro pensamiento vertical, pero solo podremos idear soluciones innovadoras a los problemas de nuestras organizaciones si empezamos a ejercitar nuestro pensamiento lateral.
Referencias
Ingeniero Técnico en Diseño Industrial, Ingeniero en Organización Industrial y Máster en Dirección de Marketing y Comunicación Empresarial por la Universidad Politécnica de Valencia. Founder de la consultora de innovación Wannathink y profesor de posgrado en ESIC Business School. Ha participado en congresos y maestrías internacionales en España, México, Colombia, Chile y Argentina. Es Miembro Activo de la Red de Investigadores en Diseño de la Universidad de Palermo, dentro de la Facultad de Diseño y Comunicación para el ciclo 2023-2025. Su blog www.pacolorente.es es actualmente TOP 10 de los 40 blogs más influyentes de marketing en el ranking que elabora marketingdirecto.com. Co-autor del libro ‘Los 7 pecados laterales: 42 técnicas creativas generadoras de innovación’ (ESIC Editorial). Top Voice Marketing en Linkedin 2023.
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