Tras la puesta comercial del desarrollo fotovoltaico Intipampa (Moquegua), la empresa de generación Engie Energía Perú -de capitales franco-belgas- apuesta por más proyectos de energía renovable no convencional en el país.

¿Qué actividades realizará Engie para este año?, ¿están haciendo ampliación o expansión de proyectos?

Ahora último hemos puesto en operación Intipampa y creemos que hay capacidad para afrontar la demanda futura. Vemos que los proyectos de energía renovables han bajado sus precios y ahora son más competitivos, además de que se construyen en promedio de un año, y tienen pocas barreras de entrada. En cambio, una central hidroeléctrica demora de 7 a 8 años. Tenemos varias opciones de crecer en energía renovable.

¿Cuál es la perspectiva de la empresa respecto a la creación de proyectos renovables?

El proyecto Intipampa es la primera planta renovable no convencional instalada en el Perú. Nuestro plan es crecer en participación. Creemos que, en el mediano plazo, el retraso del gasoducto al sur genera una buena oportunidad para incrementar la participación de proyectos de energías renovables en el sistema interconectado nacional. Esto especialmente en la zona sur, que es deficitaria de energía y lo importa desde la región central (Chilca). Creemos que hay una oportunidad para que ingresen más proyectos renovables en el mercado y acompañen esa transición hasta la llegada del gas en el sur.

Por parte de ustedes, ¿dónde están desarrollando sus proyectos renovables?

Evaluamos en varias zonas en la costa sur, de Ica a Arequipa y Moquegua. Estamos trabajando con 4 a 5 proyectos que están en diferente nivel de avance. Algunos están en fase exploratoria, y en otros se han instalado equipos de medición, sobre todo para evaluar y verificar la sostenibilidad de radiación solar o de viento. Hoy hay una sobreoferta de energía, que no es económicamente sustentable. Creemos que una nueva generación de energía renovable podría entrar a partir del 2023.

¿Y cuáles son los avances de sus actuales operaciones?

El año pasado se desactivó la planta Ilo 1, en Moquegua, que operaba con combustibles líquidos (diésel y petróleo residual). Las hidroeléctricas de Yuncán y Quitaracsa operan a un 100% de capacidad; y las plantas de gas natural (Chilca 1 y Chilca 2) operan dependiendo del despacho. También tenemos la planta Ilo 21 que opera a carbón y genera 140 megavatios, con costos de producción bajos comparados con el diésel.

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Fuente: Gestión