Sector inmobiliario: ¿mercado recargado?

Sector inmobiliario: ¿mercado recargado?

Otto Regalado, profesor del MBA y de la Maestría en Marketing de ESAN, analizó la situación del sector inmobiliario en el Perú y vislumbró las principales tendencias que tendrá en los próximos meses.

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El sector inmobiliario es uno de los más afectados por la pandemia de la COVID-19 debido al descenso drástico en sus niveles de venta y cientos de transacciones prácticamente paralizadas. En este contexto, los principales jugadores enfocan sus acciones a disminuir los gastos operativos, velar por el mantenimiento del valor de sus activos y evaluar los posibles escenarios futuros para la industria. Dentro de las tendencias que se observan podemos señalar las siguientes:

  • i) En el caso de los edificios residenciales hay un mayor incumplimiento de las obligaciones de pago producto de la grave crisis económicas por las que atraviesa el país, sobre todo en el sector informal
  • ii) Dentro del segmento de personas que está en búsqueda de una nueva casa, hay una marcada preferencia por las residencias que cuenten con espacios de trabajo confortables y, sobre todo, con una buena conectividad debido a la posibilidad de hacer trabajo remoto o educación virtual.
  • iii) El rubro de segunda vivienda (casas de playa o de campo) ha encontrado un nuevo impulso por la pandemia, ya que se trata de inmuebles alejados de las grandes urbes y con entornos más relajantes. Según la Asociación de Empresas Inmobiliarias del Perú (ASEI), solo en Asia, Cañete y Chaclacayo, el precio de alquiler aumentó entre 25 % y 30 %, frente al costo antes de la pandemia.
  • iv) Sobre el mercado de oficinas, la demanda ha caído, tanto a nivel de inmuebles como en los mercados de coworking y de oficinas prime.

De cara a los próximos meses, los proyectos en marcha sufrirán con las colocaciones y se prevé que sus precios disminuyan, cuanto menos, un 10 % mientras dure la pandemia. Por ello, las empresas del sector deben ser conscientes de esta situación cuando diseñen y ejecuten sus estrategias para mitigar el impacto.

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Fuente: Revista Gestión