El 28 de abril se celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo (SST), conmemoración internacional promovida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) destinada a promover tanto la salud y la seguridad como el trabajo decente dentro de los centros de labores. El Perú no es ajeno a esta fecha, pues mediante el D.S. 010-2001-TR se acogió también a su celebración.

Hoy más que nunca, la pandemia de COVID-19 evidencia el determinante papel que desempeña la SST para el trabajo decente. Garantizar que los centros de trabajo sean seguros y saludables resulta fundamental para contener la propagación del virus, protegiendo la salud de los trabajadores y de la población en general.

La OIT señala que uno de los pilares fundamentales de respuesta contra el COVID-19 consiste en proteger a los trabajadores en el lugar de trabajo reforzando las medidas de SST, adaptando las modalidades de trabajo (por ejemplo, hacia el teletrabajo o trabajo remoto), previniendo la discriminación y la exclusión, proporcionando acceso a la salud a la población y ampliando el recurso a una licencia remunerada.

Como país hemos avanzado en regular el trabajo remoto, mientras que también se establecieron medidas para apoyar económicamente a las familias más vulnerables como se hizo con el reciente bono familiar universal. Sin embargo, estas medidas resultan insuficientes, pues en lo laboral no existe una legislación acorde a emergencias como la que hoy vivimos y que permita preservar empleos. En esa línea, la suspensión perfecta de labores (SP) regulada por el Gobierno posee diversas limitaciones y es atropellada por la propia autoridad con declaraciones en prensa y cambios en la plataforma virtual de la SP que contravienen sus normas.

Según la Recomendación de la OIT sobre el empleo y el trabajo decente para la paz y la capacidad de recuperación, 2017 (número 205), la respuesta a la crisis debería promover condiciones de trabajo seguras y decentes, que incluyan el suministro de equipos de protección personal (EPP) y de atención médica para todos los trabajadores, incluidos aquellos que participan en las actividades de rescate y rehabilitación. La misma entidad sostiene, éticamente, sería injustificable pedir a los trabajadores sanitarios que atiendan a los pacientes infectados sin las medidas adecuadas de SST, lo que no viene cumpliéndose en nuestro país.

La Organización Mundial de la Salud sugiere elaborar políticas y directrices específicas de SST no sólo para los trabajadores sanitarios y de emergencias, sino también para otros grupos como los de los servicios esenciales. Ha trascendido que se está elaborando un protocolo sanitario para la reactivación del sistema de reparto de los restaurantes, de lo que se desprende la duda: ¿se ajustará a la realidad y contará con fiscalizadores preparados para supervisar su cumplimiento? Además, no olvidemos al sector informal que suele carecer de SST.

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Fuente: El Peruano