"Dale un pez a un hombre y comerá un día; enséñale a pescar y siempre tendrá qué comer", reza un muy antiguo dicho, el cual se convirtió en el lema y en la gran convicción de Shester Campo Sierra. Con 31 años y proveniente de Santa Marta, Magdalena, Colombia, es un destacado administrador de empresas con amplia experiencia en asesoría de proyectos de emprendimiento; pero por encima de todo, es un notable filántropo. Desde muy joven, mediante su fundación Colombia Productiva, brinda apoyo y orientación a los pequeños agricultores de su localidad.

Shester visitó el Perú para completar una pasantía en el Doctoral Program de ESAN como parte de sus estudios doctorales en la Universidad del Norte de Barranquilla. Su investigación titulada "Incidencias de los Factores Condicionantes del Emprendimiento Rural en Pequeños Agricultores: Una Análisis del Territorio Colombiano" persigue soluciones que le sirvan a las autoridades de su natal Magdalena. En el largo plazo, busca incursionar en la política para contribuir de forma directa a la prosperidad de sus paisanos. Sus estudios, su trabajo y todos los ámbitos de su vida giran en torno a esta causa.

¿Cómo es que un administrador se interesa en el ámbito agrícola? ¿Por qué surge ese interés?

Mi comunidad (Magdalena, Santa Marta) fue muy afectada por el conflicto armado. Para ayudar a esas personas y alejarlas del cultivo de drogas, el Estado gira y otorga recursos a los campesinos, pero no se preocupa por inculcar en ellos una visión empresarial. Justamente, mi objetivo es promover en la población una mentalidad que no se acostumbre solo a recibir sino que genere riqueza por medio de la creación de empresas para un desarrollo sostenible.

¿Cómo has contribuido con esta causa?

Trabajé en diferentes entidades que brindan ayuda a la población: la Organización Internacional para las Migraciones, que es una agencia de la ONU; en la Corporación PBA, que se dedica al pequeño agricultor y al emprendimiento rural; y en el SENA (Servicio Nacional de Aprendizaje) como asesor de emprendimiento. También establecí mi propia fundación llamada Colombia Productiva, que busca que las personas de bajas capacidades económicas y educativas puedan crear su propio negocio. Finalmente, la investigación que estoy llevando en mi doctorado abarca principalmente temas agrícolas.

¿Cómo nace Colombia Productiva?

Nació en el 2008, cuando tenía 23 años y aún estaba en la universidad. Estaba preocupado porque la mayoría de fundaciones solo se abocaban a donar. Pero en vez de "darles pescados" a las personas pensé que era mejor "enseñarles a pescar".  Por ello, en Colombia Productiva brindamos cursos de emprendimiento y formulación de planes de negocios, entre otras actividades que capacitan a más de 500 agricultores para que formen sus propias empresas y no caigan en el asistencialismo. Esta iniciativa también me trajo la satisfacción de trabajar junto con mis amigos y con la que ahora es mi esposa.

¿Hay otro tipo de iniciativas que vayan más allá de lo agrícola?

También se apoya a las causas de diversas fundaciones afrocolombianas como Negro Robles y Afrocaribe, que tienen cada una entre quinientas y mil personas. La ayuda consiste en la asesoría de sus proyectos y se busca crear un consejo comunitario y un observatorio afrocolombiano.  A través de Colombia Productiva también se ofrecen programas orientados a personas de distintas edades y ocupaciones: talleres de costura para mujeres que son cabeza de hogar, voluntariado para jóvenes, entre otros.

¿Por qué decidiste estudiar el doctorado, que es un título más relacionado a lo académico, y no por el MBA, que tiene que ver más con lo empresarial y con tu carrera?

Ya tenía experiencia sobre cómo formular proyectos públicos, de cooperación internacional y del sector privado. Entonces pensé que lo que me faltaba para ser un excelente proyectista era que todo lo que realizara tuviera una base teórica o científica. El MBA no me daría eso a diferencia del doctorado, que contribuye a que tenga mayor profundidad teórica al momento de presentar estrategias.

Tu investigación se titula: "Incidencia de los factores condicionantes del emprendimiento rural en pequeños agricultores: Un análisis del territorio colombiano". ¿Cómo la resumirías y cuál es su objetivo final?

Como dice el título, busco ahondar en las incidencias que intervienen en los procedimientos de los pequeños agrícolas, basándome en dos factores: las incidencias formales, que abarcan políticas públicas, procedimientos y regulaciones del estado; y las incidencias informales, que tienen que ver con la cultura, las normas sociales, los valores y los principios de estos pobladores. Quiero que mi investigación arroje conclusiones científicas y respuestas que brinden soluciones a las autoridades de mi localidad, cuyos procedimientos no están funcionando.

Con respecto a ESAN, ¿qué opinión te merece el Doctoral Program?

Encontré un fabuloso apoyo. Gracias a las contribuciones de excelentes profesores como Nancy Matos y Juan Timaná he podido perfeccionar mi propuesta de investigación y mi tesis de doctorado, obteniendo mayores resultados y expectativas que los que tenía inicialmente. Creo que ESAN me ha ayudado a avanzar muchísimo.

Además, lo que percibí es que la escuela de negocios es totalmente exigente y al mismo tiempo práctica. Exige a sus estudiantes publicar artículos científicos con mayor rapidez, lo que permite que una vez acabado el programa sus participantes estén ya colaborando para revistas académicas top. Eso es la vanguardia del conocimiento: no puedes ser doctor si no publicas. Debes darte a conocer con tu investigación. Bajo esa premisa, la ESAN promueve un programa doctoral muy sólido.

¿Cuáles son tus planes al acabar el doctorado?

Tengo tres objetivos. Primero quiero entregar los resultados de mi investigación a mi departamento. Luego desearía comenzar a realizar publicaciones que se puedan leer y transmitir a nivel de otros programas doctorales o maestrías. Finalmente, pretendo incursionar en la política, pues ya llevo tiempo realizando asesorías dentro de ese ámbito. Creo firmemente que el conocimiento de un doctorado no debe quedar solo en lo académico: debe servir también para emplearse en políticas públicas.