Cómo derrumbar los mitos de la innovación

Cómo derrumbar los mitos de la innovación

Una idea puede ser innovadora, pero no necesariamente exitosa ni rentable. Las empresas deben dejar de creer que este concepto es exclusivo de los profesionales más creativos y que resolverá sus problemas. De lo contrario, pronto serán obsoletas.

Por: Boris Herrera Barrera el 28 Marzo 2018

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Es un hecho: la innovación es el concepto de moda entre el empresariado. Usamos con frecuencia esta palabra para referirnos a todo lo que no se había realizado antes en un grupo determinado, sea una organización, una sociedad o un país. Algunas ideas generan cambios radicales, mientras que otras lo hacen de manera gradual. Una propuesta puede ser muy novedosa o importante, pero si no se aprovecha como es debido, no necesariamente podríamos hablar de innovación. 

Vínculos con el éxito y la creatividad

¿Toda innovación es exitosa? No. Como cualquier otra idea en las ciencias sociales, relacionada con el quehacer de los seres humanos, el número de fracasos siempre es mayor que el de éxitos. Un ejemplo fue el auge de los sistemas computacionales en la década de 1980. El número de fracasos que tuvieron los proyectos de Silicon Valley fue altísimo. Una innovación implica alto riesgo, porque trabajamos en algo que no existió antes. Los conocimientos previos pueden ayudarnos, pero no tenemos la certeza de que nuestra invención será efectiva. La posibilidad de fracasar siempre es mayor que la de tener éxito.

No tenemos la certeza de que nuestra invención será efectiva. La posibilidad de fracasar siempre es mayor que la de tener éxito.

Existe también una tendencia de relacionar la innovación con la creatividad, pero los innovadores tienen distintos tipos de personalidades. Como disciplina, la innovación es sistemática, no es algo exclusivo de genios. Por un lado, necesitamos administradores que sepan conciliar opiniones de distintas líneas, juntar grupos de trabajo de distintas especialidades y convencer al directorio de que se requiere más presupuesto para proyectos. Para los productos, sí necesitamos creativos del rubro de nuestro negocio. 

Desde la visión del empresario

El error más común de las empresas u organizaciones respecto la innovación es creer que les resolverá todos los problemas, sin esfuerzo ni planificación. Pensar que es para gente inspirada o genios creativos. Como cualquier área de la administración, es una disciplina con reglas y fundamentos. Si la ejecutas de manera desorganizada y creyendo que resolverá todas tus dificultades, no funcionará. Si planificas, colocas a la gente idónea y cuentas con el apoyo ideal, entonces resultará. 

Para una adecuada gerencia de la innovación, debemos verla por lo que es: un proceso sistemático. Debe existir un área enfocada solo en ella, como las hay para el personal o las finanzas. Luego hay que pensar en qué se innovará y para qué. El empresario puede tener productos y procesos que le den ventaja competitiva, pero que se agotarán conforme aparezcan competidores con nuevos productos e ideas. Si no innova, muere. 

Ideas novedosas y rentables

El hecho de que la innovación funcione no quiere decir que será tan rentable como esperamos. Algunas de las innovaciones más notables de la era informática fueron creadas por grupos que no supieron sacarles provecho. Steven Jobs, uno de los referentes más importantes en cuanto a innovación tecnológica, supo aprovechar innovaciones, como los sistemas operativos multitarea o herramientas como el mouse, porque las empresas que las concibieron no supieron rentabilizarlas. 

La economía capitalista tiene ciclos: se crea un producto o servicio, es lanzado al mercado, tiene éxito, crece, se crea una cultura, se vende la idea durante un tiempo, pero luego ese producto queda obsoleto y aparecen innovadores que atacan la idea. Lo que antes fue innovador y costaba mucho, luego es más accesible y reduce su precio. El 60 % de los trabajos que existían en la década de 1970 ya no existen. Las personas proponen nuevas ideas, que tiene un propósito y resultan. Esa es la clave de la innovación.

No tenemos la certeza de que nuestra invención será efectiva. La posibilidad de fracasar siempre es mayor que la de tener éxito.

Boris Herrera Barrera

Profesor en universidades de Chile donde desarrolla temas de innovación y disrupción y profesor visitante en diferentes universidades de Europa y USA. Especialización en Gestión del Conocimiento y Gerenciamiento de la Innovación, ha trabajado en la incorporación de nuevas tecnologías e innovaciones en el sector Minero, Industrial y Trading de productos de consumo masivo, donde ha desarrollado modelos de innovación y de gestión del conocimiento para este propósito.

Ha dirigido proyectos altamente sofisticados en el área de tecnología, trabajando en proyectos en países de los 5 continentes. Ha participado en todas las áreas de aplicaciones tecnológicas desde desarrollo, implantación, mantenimiento, atención de clientes y desarrollo de negocios, para varios de los productos líderes del mercado en tecnología Minera e Industrial.

MBA por Tulane University. Ph. D. in Management Sciences por ESADE Business School y Doctor europeo Eudokma.

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