Administración moderna: estrategias para ser más eficaces

Administración moderna: estrategias para ser más eficaces

Conozcamos algunas estrategias que permiten a las organizaciones obtener un rendimiento superior al promedio y que ayudan a contrarrestar cualquier situación inesperada que pudiese perjudicar su buen desempeño.

Por: Luis Miguel Gastulo el 13 Septiembre 2018

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El ambiente en el que se desarrollan las empresas del Perú y el mundo cambia constantemente. Es cada vez más frecuente que las organizaciones tomen decisiones o ejecuten acciones que les permitan mantener competitividad y alcanzar sus metas, bajo el enfoque de la administración estratégica. Al mismo tiempo, este proceso les permite elaborar planes de contingencia eficaces ante cualquier imprevisto. 

¿Cómo empezamos a trabajar con estrategias?

La administración estratégica es el proceso de evaluación sistemática que sigue un negocio para definir sus objetivos a largo plazo, identificar metas y objetivos, desarrollar estrategias para alcanzarlos y localizar los recursos necesarios para ejecutarlos. Según Michael Hitt, Robert Hoskisson y Duane Ireland, es el conjunto de compromisos, decisiones y acciones requeridas por una empresa para lograr competitividad estratégica y obtener un rendimiento superior al promedio.

Para empezar este proceso, la empresa debe analizar su entorno interno y externo. Así definirá sus recursos, capacidades y competencias centrales, es decir, las fuentes de insumos estratégicos. Con esta información, definirá su visión y misión y formulará su estrategia. Luego, la empresa aplicará medidas para implementar esta estrategia, lograr competitividad y mejorar su rendimiento. 

Las acciones estratégicas efectivas ocurren en el contexto de la formulación de una estrategia integrada con sumo cuidado. Las acciones de su implementación derivan en los resultados estratégicos deseados. Se trata de un proceso dinámico, porque los mercados y las estructuras de la competencia no cesan de cambiar y deben coordinarse con los insumos estratégicos de la empresa, que nunca dejan de evolucionar. 

En la figura del libro ¿Somos competitivos? de R. Biasca se presenta una propuesta que condensa el proceso de administración estratégica:

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El gráfico anterior revela que el proceso de evaluación es muy importante porque mide resultados y monitorea constantemente las etapas del proceso. Como parte de su proceso de evaluación de estrategias, las organizaciones deben desarrollar planes de contingencia para responder a sucesos desfavorables. Además, la empresa debe entender que su posición competitiva puede mejorar siempre que minimice las amenazas y capitalice las oportunidades. 

Elaboración de planes de contingencia

Deben seguirse dos pasos:

1. Identificar contingencias por impacto y probabilidad

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2. Planear las contingencias de alto impacto y baja probabilidad. Estas contingencias deben considerarse como parte del plan estratégico. Tomando como base a Goodstein, Nolan y Pfeiffer, un plan de contingencia se puede diseñar a partir de: 

a. Anticipar contingencias por impacto y probabilidad. Se identifican mediante la matriz impacto-probabilidad descrita en el cuadro. El plan de contingencias abarca acciones de baja probabilidad y alto impacto. Las situaciones de alta probabilidad se planean como estrategia u operación. 

b. Elaborar la matriz del Plan de Contingencias por Vulnerabilidad y Oportunidad. Deben establecerse puntos activadores o críticos para identificar de inmediato el advenimiento de una contingencia. Suelen ser indicadores de productividad, financieros o comerciales, internos y externos. Deben considerarse las contingencias surgidas dentro de la organización o factores externos de vulnerabilidad (peligros) o de oportunidad. 

Anticiparse a las oportunidades y prever que pueden ocurrir situaciones benéficas significa aprovecharlas doblemente. Las buenas oportunidades se pierden si no se está preparado cuando llegan.

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Es importante identificar indicadores que permitan anticiparse a otras contingencias. Destacan tres de ellos: 

a. Estatus de la organización. Se identifica mediante una evaluación del desempeño organizacional. Una forma conocida para contar con indicadores objetivos es el Balanced Scorecard.

b. Índices macroeconómicos. Se monitorea la situación de expansión o volatilidad de la industria y el mercado.

c. Indicadores de la variación del presupuesto. Al igual que los indicadores anteriores, permiten anticiparse a contingencias provocadas, en este caso, por alteraciones en el presupuesto. 

Teniendo en cuenta lo descrito, se evidencia la importancia de realizar planes de contingencia y, sobre todo, monitorear y estar alertas ante las principales señales de alarma para la activar la ejecución de estos planes. ¿Cómo se aplica la administración estratégica en tu empresa? Cuéntanos tu experiencia.