Educación inclusiva: derecho de muchos, deber de todos

Educación inclusiva: derecho de muchos, deber de todos

Un porcentaje muy reducido de estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE) reciben la atención que necesitan. En el Perú es necesario capacitar a todo el personal de trabajo de las escuelas y aumentar el número de psicólogos en las instituciones educativas.

Por: Maricela Torpoco Taipe el 11 Marzo 2019

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La educación inclusiva gana cada vez mayor reconocimiento en el país y el mundo. La visión conceptual de la educación de las personas con discapacidad ha pasado por diferentes etapas. Esta evolución se produjo sobre todo en las conductas sociales frente a las personas con algún tipo de discapacidad. 

Al inicio existía una exclusión total de las personas con alguna discapacidad. Con el tiempo, pasó a enfocarse más en la educación especial. Después se conceptualizó como educación integrada y hoy se aborda como educación inclusiva basada en la diversidad.   

En paralelo a esta evolución, destaca la suscripción de tratados de derechos humanos, como la Conferencia de Salamanca (1994), que consagra la educación como un derecho que garantiza la igualdad de condiciones con los demás derechos.

Desde el punto de vista pedagógico, la educación inclusiva debe empezar desde la planificación curricular.

Resalta también el hecho de que los maestros han cambiado su perspectiva sobre la institución educativa, que debe adaptarse a las características de cada estudiante, y no a la inversa. Cada escuela maneja un contexto y realidad diferente, así pertenezcan a la misma comunidad, y lo mismo sucede con los estudiantes. 

Cambios conceptuales en la educación

Según Mayor, J. (1991), los aportes a la evolución del concepto de educación especial se relacionan con el respeto por los derechos de las personas especiales. Implica su integración como personas deficientes en la prestación de servicios comunes, no en instituciones separadas, y el acceso a los avances médicos que les permita tener expectativas más óptimas sobre sus posibilidades de aprendizaje y desarrollo. 

La nueva concepción de necesidades educativas especiales se origina en el informe de Warnock, M. (1987), en el que se afirma que todo niño es factible de ser educable y que la educación es un derecho al que todos deben tener acceso. Echeita, G. (1989) considera estudiantes con necesidades educativas especiales (NEE) a los que evidencian dificultades en su aprendizaje y necesitan recursos educativos para superarlas. 

El siguiente gráfico muestra la evolución de determinados conceptos claves para entender el cambio en la educación inclusiva.

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Aquí se observa dos estadísticas sobre el nivel educativo de la población con algún tipo de discapacidad:

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Según un estudio realizado por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el 2015, de 57 000 estudiantes con discapacidad registrados en el país por el Ministerio de Educación (Minedu), solo 10 000 reciben apoyo especializado en colegios inclusivos. Solo el 18 %, equivalente a uno de cada seis niños con habilidades diferentes y sus respectivos docentes, reciben el acompañamiento y la asesoría adecuados. 

Articulación de la educación inclusiva

Desde el punto de vista pedagógico, la educación inclusiva debe empezar desde la planificación curricular, que se inserta en el Proyecto Educativo Institucional (PEI). A su vez, este debe articularse a los demás documentos de gestión, como el Plan Anual de Trabajo (PAT), el Proyecto Curricular Institucional (PCI) y el Reglamento Interno (RI). 

El rol que desempeña el docente para lograr esta articulación es de suma importancia por las siguientes razones: 

  1. Es quien identifica las necesidades de cada estudiante.
  2. Plantea las adaptaciones curriculares, considerando metodologías adecuadas y pertinentes para atender a las demandas educativas, según las particularidades de cada estudiante con NEE. 

Sobre el último aspecto, debe establecerse la diferencia entre diversificar y adaptar el currículo, porque son dos aspectos que, en su formulación, poseen características particulares.

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La Ley n° 30797 impulsa la educación inclusiva. Con la nueva normativa, anexada a la Ley General de Educación, se busca garantizar la creación e implementación de servicios de apoyo educativo para atender a estudiantes con NEE. Se empieza por la sensibilización, capacitación y asesoramiento de docentes, auxiliares y personal administrativo sobre la atención a los estudiantes. 

A pesar del avance, aún se requiere la presencia de un psicólogo en cada escuela, ya que muchos estudiantes evidencian ciertas particularidades que llevan a sospechar de la necesidad de una atención especializada, pero carecen de diagnóstico. Aún hay padres de familia que se oponen por desconocimiento o temor y los escasos recursos económicos impiden brindar la atención pertinente y oportuna. ¿Qué debemos hacer como sociedad ante esta situación? Compártenos tu opinión.

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Bibliografía 

Erika Gonzales G. (2009). Evolución de la educación especial: Del modelo del déficit al modelo de la escuela inclusiva. Universidad de Granada. Artículo.

Mayor, J. (1991). Educación Especial. Manual de Educación Especial (3ª reimpresión) (pp.7-31). Madrid: Anaya.

Warnock, M. (1987). Encuentro sobre necesidades de educación especial. Revista de Educación, ISSN 0034-8082, N° Extra, 1

Echeita, G. (1989). Las NEE en la escuela ordinaria. Madrid: CNREE.

Jesús Colmenero Ruiz. (2012). Evaluación, desarrollo y perspectiva actual de la educación especial: La Escuela Inclusiva.

Artículo del Diario La República (15/10/2015). De 57 mil estudiantes con discapacidad, solo 10 mil reciben apoyo especializado. 

 

Diario Oficial del Bicentenario El Peruano. (2018). Ley que promueve la Educación Inclusiva. Y su modificatoria en el art. 52, e incorpora los artículos 19-A y 62-A en la  Ley 28044, Ley General de Educación. 

Desde el punto de vista pedagógico, la educación inclusiva debe empezar desde la planificación curricular.