El boom de las microfranquicias y los shop in shop en el Perú

El boom de las microfranquicias y los shop in shop en el Perú

Los modelos de microfranquicias y shop in shop pueden impulsar la reactivación económica del Perú, pero las empresas que buscan implementarlos deben cumplir una serie de requisitos previos que solicita el franquiciante.

Por: Annalucia Fasson el 01 Septiembre 2021

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La primera franquicia en llegar al Perú fue KFC, la cual hizo historia y marcó un hito en el modelo de negocio, allá por 1981. Posteriormente, en los años noventa, que coinciden con un periodo de estabilización y apertura económica en nuestro país, se permitió el ingreso de franquicias extranjeras, así como la aparición de conceptos peruanos que parten de la iniciativa privada, algunos de ellos convertidos hoy en grandes cadenas gastronómicas exitosas como Embarcadero 41.

Microfranquicias en ascenso

A la fecha, en el Perú, se vive una nueva etapa en el retail, porque la pandemia lo golpeó con fuerza al suspender sus actividades y, posteriormente, limitar los aforos. Es por ello que, en vez de empezar de cero, de un tiempo a la fecha, se apuesta por celebrar contratos de franquicias que consisten en que el franquiciante autoriza al franquiciado a fabricar o distribuir y comercializar determinado producto o servicio a través de la transferencia de su modelo de negocio (know how), donde se replicarán todos los elementos distintivos de la actividad, como colores, distribución de la tienda (lay out) y atención al público, y de los productos o servicios conocidos por el público, bajo un mismo estándar de calidad y la misma marca.

Si bien este contrato no se encuentra regulado en nuestro país, es uso y costumbre, por ejemplo, firmar primero un acuerdo de confidencialidad. En ese documento, se compartirá información del franquiciado para revisar si cumple con el perfil económico, financiero y de experiencia que requiere el franquiciante, ya que el franquiciado actúa a nombre propio y asume los riesgos de la inversión necesaria para la instalación del establecimiento y el desarrollo de la actividad, comprometiendo en ello su patrimonio.

Todos los negocios pueden ser microfranquiciables, pero es necesario uniformizar sus procedimientos, proveedores, materia prima, distribución y logística.

Entre las principales cláusulas a negociar se encuentra el plazo (temporal), la confidencialidad del modelo de negocio al que se accede en virtud de este contrato, y la territorialidad, que puede ser por zona, distrito, provincia, país o región, entre otros, así como su respectiva exclusividad. Por su parte, el franquiciado deberá ajustarse a todas las instrucciones de comercialización y técnicas del franquiciante. 

Ello implica usar la marca bajo determinados parámetros, cumplir el programa de entrenamiento dictado por el franquiciante, guardar la debida reserva de toda la información suministrada por el franquiciante y cumplir la normativa vigente que regule los distintos aspectos que hacen operativa la franquicia. A cambio, deberá pactarse un pago de derecho de ingreso (pie de ingreso) y una suma periódica a cargo del franquiciado, que generalmente se fija en un porcentaje de las ventas (regalía), que puede ser fijo o variable, en función a las ventas. 

Por el lado del franquiciante también es muy importante proporcionarle los manuales que contengan un detalle de los sistemas y procedimientos de operaciones de la franquicia de que se trate, así como suministrarle las especificaciones de relaciones con terceros, clientes, publicidad, promoción, diseño y equipamiento del local o locales, pautas contables, cursos de capacitación del personal, seguro de los bienes, atención al público, productos o servicios, entre otros.

Cabe indicar que, como se necesita una inversión importante para acceder a las franquicias, a la fecha están creciendo las microfranquicias cuya inversión para adquirir el modelo de negocio u operativa en franquicia es mucho menor. Ello le permite al empresario abaratar sus costos de inversión y mantenimiento del local, y acceder a un modelo de negocio probado sin necesidad de empezar de cero. A su vez, este modelo también se diferencia del contrato de franquicia en que el negocio no tendrá exclusividad en el territorio, sino que será un contrato colaborativo en el que apostarán muchos microempresarios. 

Es importante indicar que todos los negocios pueden ser microfranquiciables, pero es necesario uniformizar sus procedimientos, proveedores, materia prima, distribución y logística. También hay que sustentarlos en manuales de operación y funcionamiento, además de registrar la marca en Indecopi. Por el lado del microfranquiciado, es esencial que revise el historial del microfranquiciante y se asegure de que su marca cuente con el prestigio y el éxito necesario para que pueda ser materia de la franquicia. 

Shop in shop: Arrendamiento de negocios

En paralelo, también surgió un nuevo modelo de negocio de retail, que es el shop in shop, es decir, una tienda dentro de otra. Se celebra un contrato de arrendamiento con un gran almacén o tienda ancla, lo que permite al arrendatario abaratar sus costos de renta, luz, agua, arbitrios y seguridad, entre otros. Así, se beneficia del flujo del público de la tienda ancla o del gran almacén y, a su vez, esta tiene la ventaja de contar con diferentes marcas que le permiten hacer frente a la competencia (tenant mix). 

Gracias a la versatilidad del shop in shop, estos negocios también pueden convertirse en franquicias, al diferenciarse de otras más tradicionales en el lay out del franquiciante, el cual no deberá replicar del gran almacén, sino que tendrá un lay out específico para que la franquicia pueda mantenerse en armonía con la infraestructura de la tienda principal. Además, deberá cumplir con el reglamento del gran almacén o la tienda ancla, que determinará las reglas de convivencia entre las partes, como políticas de ruido, horarios de entrada y salida del personal, horarios de atención al cliente y aplicación de penalidades, entre otras. 

Finalmente, en esta coyuntura tan difícil que estamos viviendo en nuestro país, los invito a seguir emprendiendo. Para ello, es importante ser creativos, pensar siempre fuera de la caja usando nuevos modelos de negocios y mantener una actitud positiva para superar esta crisis. No se desanimen y recuerden que, en toda crisis, siempre se presentan oportunidades. Seamos resilientes. ¿Tu organización trabaja bajo estos modelos de negocio? Cuéntanos tu experiencia.  

Todos los negocios pueden ser microfranquiciables, pero es necesario uniformizar sus procedimientos, proveedores, materia prima, distribución y logística.

Annalucia Fasson

Abogada por la Universidad de Lima con Magnum Cum Laude. Magíster en Finanzas y Derecho Corporativo por la Universidad de ESAN. Cuenta con una especialización en Derecho de la Moda por el Fashion Law Institute at Fordham Law University, New York. Graduada del Programa de Gestión de Lujo Sostenible emitido por el Centro de Gestión de Lujo Sostenible de Argentina juntamente con el Pacto de las Naciones Unidas de Colombia y Argentina; y del Diplomado en Luxury Management por el Instituto Europeo del Lujo y la Universidad Anáhuac del Norte de México. Ha realizado un curso de especialización en Blockchain, Smart Contracts, Tokenización y Criptoactivos por el Instituto de Blockchain Intelligence de España y el Consejo General de la Abogacía Española.

En la actualidad es Socia Senior del área corporativa & digital investments y jefe del área de derecho de la moda, luxury y retail de Muñiz, Olaya, Meléndez, Castro, Ono & Herrera Abogados. Además es profesora de los cursos de Derecho de la Moda y Retail en ESAN Graduate School of Business y otras universidades.

A la fecha, es Presidenta de la comisión de derecho de la moda y retail del Colegio de Abogados de Lima, miembro del comité de Fashion Law de ASIPI, de la Asociación de Expertos de Derecho de la Moda de España, de la Asociación de Fashion Law Latam de Perú y del Comité Fashion Law de Sao Paulo de Brasil. También es directora representando al Perú de la Asociación Internacional Global Alliance of Impact Lawyers (GAIL América Latina).

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