La calidad del trabajo de un profesional se mide en los resultados de sus labores. Sin embargo, el clima laboral y la productividad dependen también del trato y la integración entre los colegas. Ser un buen compañero de trabajo es beneficioso tanto para la organización como para el crecimiento profesional y el rendimiento de los propios colaboradores. ¿Cómo lograrlo? Es un objetivo que se aborda desde distintos puntos de vista:
1. La integración en el aspecto personal y cotidiano. David Tomás, autor del libro La empresa más feliz del mundo, señala una serie de puntos importantes. Uno de ellos es la actitud positiva: nunca deben faltar los saludos, ofrecer ayuda cuando un compañero lo necesita, ser detallista (como traer algún suvenir después de las vacaciones), organizar alguna actividad después del horario de oficina, etc.
También menciona el orden y la higiene. Pasar ocho horas en un mismo lugar requiere mantener un espacio limpio para no afectar a los demás empleados. Por otro lado, señala que nunca hay que automatizar el trabajo; es decir, hay que ser más humano: preocuparse por los colegas, quejarse menos y tomar más iniciativas. Preguntarle a un compañero qué tal estuvo su día al salir de la oficina puede significar mucho para la otra persona.
2. El profesionalismo. La actitud respetuosa es la clave para crear vínculos laborales efectivos. No se trata de tener mejores amigos a quienes defender en todo momento, sino de intentar tomar decisiones, apoyar proyectos o alentar a algún colega bajo un conocimiento profesional y asertivo. Aunque una persona puede tener amigos cercanos en su centro laboral, nunca debe olvidar que existen normas y reglas que debe respetar.
Es fundamental considerar este punto, sobre todo porque el espacio de trabajo se transforma en un aspecto importante en las vidas de los empleados. Muchas veces los vínculos personales se mezclan con los profesionales, no siempre con resultados positivos.
3. Una correcta gestión de las emociones. Los problemas familiares, de pareja, salud, entre otros, pueden afectar el rendimiento laboral y la relación con los compañeros. Esto es debido a que, en general, se produce estrés, ansiedad y otros males que impiden tener una actitud favorable o dar el 100 % en el trabajo. Controlar los problemas y emociones es el primer paso, pero la clave también es conversar con los colegas, con los gerentes o jefes a fin de llegar a un acuerdo.
Por ejemplo, si un colaborador está pasando por problemas personales, puede pedir vacaciones para solucionarlos o apoyo del área de Recursos Humanos. También puede solicitar un adelanto de sueldo si es un inconveniente que debe resolver de manera urgente.
El liderazgo en una empresa tiene como uno de los objetivos principales velar por el capital humano, como la satisfacción de los empleados y las relaciones interpersonales. Con un adecuado profesionalismo y gestión de las emociones se garantizará la productividad del personal y, por ende, el crecimiento de la organización.
Fuentes:
David Tomas. "Cómo ser el mejor compañero de trabajo en 10 pasos para 2018".
unComo. "Cómo ser un buen compañero de trabajo".
Compromiso RSE. "10 Consejos para ser un buen compañero de trabajo".
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