El problema de la informalidad en el Perú es grande. Según publicación realizada por Schneider, F (2018), encabezamos los primeros lugares del mundo donde el 54.74% de nuestro PBI no se puede demostrar, lo cual se denomina economía oculta o informal. Aparte de ese ranking, que no nos favorece, no extraña decir que somos un país informal: en el transporte público, comercio, construcción y vivienda; en fin, creo que en todos los sectores.

Se han preguntado alguna vez ¿por qué somos tan informales? Webb y otros (2009) establecieron que una economía informal es una actividad ilegal para las autoridades formales, pero "legitima" para las autoridades informales (la sociedad, la comunidad). "La comunidad considera que está bien" y lo vemos todos los días: gran cantidad de pasajeros en colectivos, taxis y buses informales; vendedores ambulantes, mercados y ferias informales; en construcción y vivienda: invasiones, autoconstrucción, etcétera.

Si "la sociedad lo legitima" ¿por qué lo hace? Acá abordamos un tema de usos y costumbres: si mi papá/amistad lo hace o lo hacía, yo también lo hago. Según D. North (1991), las costumbres y códigos de conducta son parte de las instituciones informales -entiéndase comunidad- y estas se transfieren de generación en generación.

Otro investigador, Ajzen (1991), definió un modelo psicológico: antes que un individuo efectúe una conducta tiene una intención y antes de su intención está su actitud, el apoyo que recibe de su entorno cercano y si considera que su conducta lo tiene bajo control. Detrás de estos tres soportes están las creencias, tanto del individuo como de su entorno cercano, y las creencias están con las costumbres y códigos de conducta que forman parte de nuestra cultura.

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Fuente: Gestión.