La madurez es un atributo de las personas que también puede aplicarse a las empresas. A nivel empresarial, puede demostrarse en distintos momentos y niveles, en los que los detalles marcan la diferencia. Justamente, un aspecto clave para reconocer la madurez de una organización es qué tan bien hablan de ella sus excolaboradores.

Para entender esta relación, partamos de que la desvinculación laboral se da tanto por decisión de la compañía como de los propios ejecutivos. Pero más allá del motivo que exista detrás del alejamiento, es relevante mantener una relación por lo menos emocional y tener presente que los excolaboradores pueden seguir siendo embajadores de las empresas.

Es natural que un pequeño grupo siga siendo un fan de su exempresa, y otro, igual de pequeño, se sienta decepcionado de ella, pero la gran mayoría queda en un limbo que no suma ni resta. En este contexto, existen mecanismos para fortalecer el grupo positivo y así proyectar una imagen institucional positiva que refuerce el prestigio de la firma.

El reciente "Barómetro DCH: La Gestión del Talento en Perú 2018", elaborado por ESAN y EAE Business School, muestra que las compañías preocupadas por este aspecto tienen un aspecto base en común: realizan encuestas de desvinculación para conocer por qué ocurrió el alejamiento y cómo evitar situaciones similares en el futuro.

El estudio encuentra, también, que apenas el 9% de las compañías mantienen comunicación activa con sus colaboradores. Ese es un error que debería corregirse. Basta recordar que los trabajadores forman parte del núcleo duro de grupos de interés de toda entidad, valor que puede capitalizarse de manera tanto honesta como sencilla, enviando información ad hoc para ellos.

La reputación de las empresas depende, principalmente, de lo que sus grupos de interés piensen, consideren y hablen sobre ellas. En tal sentido, los excolaboradores resultan ser embajadores inclusive más relevantes que los colaboradores actuales, pues no cuentan con ningún sesgo ni salario de por medio para hablar bien de la compañía.

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Fuente: Gestión