¿Alguna vez has implementado una idea innovadora o algún cambio en tu empresa empleando un plan estricto y has sentido que se te ha ido de las manos? ¿O has sido de los que han optado por aplicar todas las prácticas de la agilidad al pie de la letra y no obtuviste los resultados que esperabas?

Si has pasado por alguna de estas situaciones, o no deseas pasar por ninguna, te invito a conocer este enfoque emergente que ya viene ganando terreno entre los gestores de proyectos de innovación o cambio: el enfoque híbrido.

¿Qué es el enfoque híbrido?

De manera sencilla, podemos definir al enfoque híbrido como una mezcla de métodos predictivos y ágiles. Para ser más específicos, este enfoque integra la coordinación y el monitoreo de actividades, provenientes de la metodología predictiva, con la facilidad para gestionar cambios y el foco en el usuario, provenientes de los marcos ágiles.

Bajo una perspectiva híbrida, se toma lo mejor de ambos mundos. Cada uno de ellos está conformado por prácticas y herramientas. De allí la importancia de encontrar el mix más apropiado para cada uno de nuestros proyectos o iniciativas. Si bien bajo esta idea pueden existir infinitas variantes híbridas, los expertos señalan al menos cuatro grandes tipos:

- Equilibrado en el uso de ambos enfoques. Puede generarse en situaciones en que las iniciativas cuentan con un componente de diseño donde es necesaria la creatividad, hasta tener en claro el producto y luego trazar una línea de acción para implementar su puesta en el mercado de manera oportuna, gestionando riesgos.

- Paralelo en el uso de ambos enfoques. Pueden aplicarse cuando las innovaciones o cambios involucran varios actores externos (proveedores, equipos de otras unidades de negocio) con culturas y métodos de gestión distintos.

- Predominancia de ágil con componentes predictivos. Pueden implementarse en proyectos que requieren desarrollo ágil en su totalidad, pero que también necesitan un objetivo o un periodo de tiempo establecido entre etapas.

- Predominancia de predictivo con componentes ágiles. Se produce cuando los proyectos ya cuentan con compromisos claros, fechas establecidas, requerimientos poco complejos o cuando existen marcos normativos que los limitan.

¿Cómo determinar qué tipo de variante es la más conveniente?

Para seleccionar el mix de gestión híbrida más apropiado, debemos analizar el proyecto, la organización y el equipo, a fin de dar respuesta a cada una de las siguientes interrogantes:

A nivel del proyecto:

• ¿Cuáles son las fases de nuestra iniciativa y qué tipo de marcos de actuación pueden manejarse en cada una de ellas?
• ¿Cuál es el grado de complejidad de los requerimientos del proyecto?
• ¿Cuál es el nivel de incertidumbre y la probabilidad de cambio en los resultados?

A nivel de la organización:

• ¿Cómo está nuestra organización en términos de cultura? ¿Es colaborativa, competitiva o de control?
• ¿La alta dirección está dispuesta a brindar soporte al proyecto? ¿En qué medida?
• ¿Cuál será el nivel de empoderamiento que se le dará a los equipos para tomar decisiones?

A nivel de equipo:

• ¿Cuál es el tamaño del equipo?
• ¿Cuál es el nivel de dedicación que tendrá el equipo para el proyecto?
• ¿Cuál es el nivel de conocimiento y habilidades en las prácticas y herramientas ágiles y/o predictivas?

Prácticas ágiles en proyectos híbridos con predominancia predictiva

Si tus iniciativas han encajado en este tipo de variante como consecuencia del entorno cultural de tu organización o del poco expertise del equipo, igual es conveniente que vayas añadiendo pequeñas cuotas de agilidad a través de la aplicación de ciertas prácticas y herramientas. Esto ayudará a que la organización vaya migrando hacia una gestión más flexible. Entre ellas tenemos:

- Stand up meetings. Reuniones en que los participantes deben estar de pie para abordar cualquier avance con el fin de mantener reuniones cortas y efectivas.

- Retrospectivas. Reuniones en que se busca reflexionar sobre la forma de trabajo y sacar aprendizajes valiosos para potenciar el equipo y los procesos que se llevaron a cabo.

- Daily meetings. Reuniones diarias de 15 minutos para ofrecer una visión general de lo realizado y aquello que falta realizar.

- Radiadores. Tableros de información ubicados en lugares visibles para el equipo y/o los demás miembros de la empresa, donde se muestra el avance de las iniciativas.

¿Has empleado alguna vez este tipo de enfoques? Cuéntanos tu experiencia.

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