¿Qué puede hacer el Perú para mitigar el impacto de El Niño en la agricultura?

¿Qué puede hacer el Perú para mitigar el impacto de El Niño en la agricultura?

En la próxima campaña (2023-2024), será evidente que el fenómeno El Niño en curso tendrá consecuencias muy severas en la agricultura peruana. Es necesario pensar en las acciones que se deben tomar desde los sectores público y privado para resguardar la vida de los trabajadores y cultivos.

Por: William Alberto Arteaga Donayre el 11 Octubre 2023

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Fuente: ANDINA

Las proyecciones sobre el nivel de gravedad de El Niño para los meses siguientes son preocupantes. Según las últimas comunicaciones de la Comisión Multisectorial encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (Enfen), se espera que su presencia en la Costa peruana continúe hasta verano del 2024, como consecuencia de la alta probabilidad de que se desarrolle también en el Pacífico central. ¿Cómo debemos prepararnos ante esta situación?

Impacto estimado en el Perú

Para el verano del 2024, Enfen estima que la magnitud más probable para El Niño en el Pacífico central sería entre débil (43 %) y moderada (38 %). Cabe resaltar que, pese a que los modelos numéricos de largo plazo coinciden en indicar el desarrollo de un fenómeno El Niño de magnitud fuerte, en promedio, para fines de año, lo observado a la fecha solo muestra un leve acoplamiento entre el océano y la atmósfera.

Entre agosto y noviembre, los caudales y niveles de los principales ríos del Perú presentarían valores entre normal y debajo de lo normal. Mientras tanto, es probable que en la zona norte se registren caudales ligeramente superiores al nivel habitual, a finales de año. Para el periodo agosto-diciembre, se prevé que los caudales de los principales ríos afluentes del lago Titicaca presenten un comportamiento por debajo de lo normal, lo que mantendría la tendencia descendente en su nivel de agua.

Impacto en las regiones y cultivos

El sector agrícola es uno de los más vulnerables frente a las alteraciones climáticas del fenómeno El Niño. El incremento de la temperatura, el exceso de lluvias y el aumento de la humedad relativa son algunos factores que pueden tener efectos negativos en el crecimiento y la producción de los árboles frutales, desde la alteración de su ciclo fenológico, pasando por alteraciones en la floración, hasta la fructificación y producción total. Además, las altas temperaturas pueden quemar las hojas, los brotes y las frutas.

Las regiones costeras resultarían más afectadas por ser zonas con un clima más estable, sin indicadores extremos de temperatura, lluvias o humedad. Un fenómeno El Niño fuerte o extremo puede alterar estas condiciones y perjudicar el comportamiento normal de los cultivos. El exceso de lluvias también traería consigo inundaciones, desborde del cauce de los ríos y huaicos que afectarían la actividad agrícola y dañarían carreteras, puentes, instalaciones públicas y privadas, y demás infraestructura.

En la Sierra y Selva, según la intensidad, el mayor peligro se registraría en la infraestructura económica de las ciudades, es decir, locaciones menores, carreteras, puentes y otros tipos de instalaciones. En el caso particular de la Sierra, el exceso de lluvias también podría conllevar un efecto beneficioso, al aumentar la disponibilidad de pastos y la ampliación de los programas de cultivo.

Protección de los trabajadores

La primera medida preventiva a tomar consiste en identificar y corregir, en orden de prioridad, las potenciales amenazas en cada zona y/o región. El siguiente paso es concientizar a la población sobre los peligros potenciales de El Niño en el sector agrario y capacitarla para tomar medidas de seguridad y ejecutar los planes de evacuación correspondientes.

En ese sentido, debería diseñarse un plan de respuesta ante eventuales daños y discutir el plan de prevención con los posibles afectados. En este proceso, también deberían participar municipios, estamentos gubernamentales, asociaciones de productores, comunidades, la Policía, la Iglesia y otras instituciones públicas y privadas.

Medidas gubernamentales sugeridas

Las investigaciones gubernamentales de algunos cultivos deben orientarse a lograr que se adapten mejor a condiciones de alteraciones climáticas, tanto en aspectos varietales como en su manejo agronómico. Asimismo, es momento de retomar una labor que se ha dejado de lado desde hace 15 años, aproximadamente. Me refiero a planificar y manejar de manera adecuada las cuencas. Es necesario realizar estudios integrales para conocer el riesgo existente en cada una de las cuencas con peligros potenciales.

En ese sentido, el Gobierno también debe racionalizar el desarrollo urbano e identificar las viviendas que obstruyen el paso en las cuencas y en los cauces naturales de los ríos y quebradas, para reducir el riesgo al que se exponen. También debe capacitarse al personal de Defensa Civil, a través de los Gobiernos locales y regionales, a fin de prevenir el acceso a los alimentos, la incidencia de enfermedades y plagas, y asegurar la viabilidad y el acceso a ciudades y poblados.

Participación del sector privado

Las empresas agrícolas y agroindustriales deben incluir en sus mapas de riesgos la probabilidad de ocurrencia de eventos de naturaleza climática excepcionales como el fenómeno El Niño. Ese proceso debe realizarse tomando en cuenta la ubicación de los cultivos, las condiciones de producción, los productos que se cultivan y los riesgos financieros, económicos y laborales.

El mapa de riesgos debe incluir planes y estrategias de prevención y mitigación, acciones de reducción de la vulnerabilidad de los trabajadores y de la infraestructura económica de la empresa, y un plan de capacitación en prevención y atención de emergencias. Como complemento, las empresas deben colaborar y participar con las autoridades y los comités de Defensa civil en las labores de apoyo ante situaciones críticas de los fenómenos. ¿Qué otras acciones añadirías? Déjanos tu opinión.

*William Arteaga es docente de los programas del sector Agronegocios de ESAN.

Conoce más participando en los programas del sector Agronegocios de ESAN.

El incremento de la temperatura, el exceso de lluvias y el aumento de la humedad son algunos factores que pueden tener efectos negativos en el crecimiento y la producción de los cultivos peruanos.

William Alberto Arteaga Donayre

Ingeniero Agrónomo con especialidad en Economía, Administración y Planificación, Grado de Maestría en Economía mención en Comercio Exterior y Finanzas Internacionales. Profesional con vasto conocimiento de la realidad del país en producción agrícola, agroindustria, desarrollo rural y seguridad alimentaria. Amplia experiencia en gestión y dirección, tanto en el sector privado como en el público.
Además ha participado en diversos foros nacionales e internacionales referidos a los temas agrícolas, en las Rondas de Negociación de la OMC, de los TLC con EEUU, MERCOSUR, la CAN, México y Chile. Ha realizado varias prospecciones de los mercados internacionales relacionados al tema agrícola y ha participado en eventos y conferencias internacionales en varios países.
Actualmente comparte sus labores con la enseñanza universitaria (Universidad ESAN, Universidad Agraria La Molina y Universidad de Lima) en los temas de los Negocios internacionales.

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