Consumo privado muestra señales de desaceleración

Consumo privado muestra señales de desaceleración

El consumo privado se desacelerará en el segundo semestre generando baja inversión, menos empleos nuevos, una disminución en las ventas, y el sobreendeudamiento de muchas personas. Sobre esto habla Ana Reátegui, directora de los programas de Educación Ejecutiva de ESAN y docente de la Maestría en Gestión Empresarial, en esta nota de Semana Económica.

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El consumo privado --que representa aproximadamente el 60% del PBI-- afrontará mayores riesgos de desaceleración en la segunda mitad del año. El deterioro de la inversión privada no minera impactará en el corto plazo en la creación de empleos formales, en el poder adquisitivo de las personas y, por ende, en el nivel de consumo. Esto generaría mayores riesgos de sobreendeudamiento por parte de las familias y menores ventas en sectores como comercio, servicios y construcción.

Según FocusEconomics, el mercado ha venido reduciendo paulatinamente sus expectativas de crecimiento del consumo privado en promedio. Así, en junio la expectativa de crecimiento se redujo a 3.7%, desde 3.8% en mayo y 3.9% a inicios de año.

La desaceleración de la inversión privada no minera se debió a menores expectativas del empresariado local ante la agenda económica del gobierno y a la desaceleración económica mundial, en gran parte impulsada por las tensiones comerciales entre China y EEUU.

"De continuar la caída de la inversión no minera, el empleo y los ingresos formales se deteriorarán, lo cual afectará el consumo", indicó el BCP en su último reporte trimestral. Las fuentes consultadas coinciden en que la tendencia negativa de la inversión privada no minera, la cual ya acumula cuatro trimestres en terreno negativo, se mantendrá a lo largo del año. "Lo más probable es que lleguemos a acumular un año de inversión privada no minera en rojo", indica Macera.

Según el último sondeo de APOYO, la confianza para invertir cayó en junio a un mínimo de cuatro años. Ana Reátegui, economista y directora de los programas de Educación Ejecutiva de ESAN, indicó que aunque se espera que el gobierno lance en julio el Plan Nacional de Competitividad, sus efectos no se verían en el 2019.

Impacto en sectores

En el mediano plazo no se ve ningún impulso para la inversión privada y, por ende, el consumo privado se desaceleraría. Desde el segundo semestre del 2018, el consumo privado se ha mantenido sólido y ha sido el principal impulsor del crecimiento económico; su desaceleración impactaría en toda la economía. "El consumo depende del desempeño de las inversiones, el gasto del gobierno y la balanza comercial. Si finalmente se afecta el consumo, también afectará al crecimiento integral del PBI", indica Reátegui.

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Fuente: Semana Económica