El universo y las organizaciones funcionan como el cerebro humano

El universo y las organizaciones funcionan como el cerebro humano

La capacidad de interconexión emocional que comparten los integrantes de una organización de forma inconsciente puede ser la clave que buscan las organizaciones para mantenerse abiertas y creando ante los cambios constantes de su entorno.

Por: Isaac Zúñiga Aguilar, PhD el 26 Octubre 2022

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Fuente: Isaac Zúñiga A.

Una tarde de julio, un grupo de pequeños productores y el que suscribe, como director de la Escuela de Innovadores del Perú, conformábamos la Misión Internacional de Innovación Tecnológica (MIIT). Nuestro objetivo era medir, de manera experimental, el impacto de la metodología de alineamiento de patrones neuronales emocionales (Zúñiga, Colom, Cristóbal, 2022) en la predisposición a la innovación de pequeños productores. Llegamos muy agotados a Madrid (España), después de un viaje de más de 11 horas. Al salir del aeropuerto, quedamos en reunirnos en un restaurante ubicado fuera del terminal 1, a donde llegan casi todos los vuelos de Latinoamérica. Como responsable de misión, estaba un poco preocupado, porque no todos viajábamos en el mismo vuelo y temía que algunos se perdieran al llegar.

Para Pilar, Juan Pablo y Marco, que provenían del sector de pequeños productores del Perú, era su primera vez en Europa, y quería captar a nivel experimental lo que significaría esta experiencia emocional en sus vidas. Para ello, emplearía un pretest y un postest que midiesen el impacto del entorno en las competencias holísticas. Desarrollé y validé este impacto con algunas publicaciones científicas y lo denominé, en su momento, coeficiente de innovación holístico (COIH). Durante el almuerzo me detuve a observarlos. El cansancio resaltaba de forma inevitable por el viaje, pero sus ojos evidenciaban un brillo especial, al curiosear en un escenario totalmente nuevo para cada uno de ellos. La sonrisa se dibujaba en sus rostros con facilidad y casi de manera inevitable. Era la emoción tratando de salir desde el interior de cada uno de ellos y captar al máximo un escenario desconocido y mágico.

Patrones neuronales emocionales

Al analizar las experiencias del grupo de pequeños productores que, por primera vez, participaban en una experiencia en Europa, como fue el caso de la MIIT, podemos evidenciar, a partir del efecto en sus competencias holísticas, que el cerebro tiene la facilidad de captar información del exterior siempre de forma consciente e inconsciente para procesarla mediante interneuronas en la memoria temporal del neocórtex, es decir, las áreas más evolucionadas de la corteza cerebral (Kurzweil, 2013). Esta información se procesa y viaja casi de manera inmediata al resto del cerebro como axones, entendidos como prolongaciones de neuronas que conducen impulsos hacia otras neuronas para generar sinapsis. La capacidad de interconexión que tiene la información para viajar a través de la realidad nos revela su nivel de pureza, al pasar como un proceso desde la fase de información mutua, que todos compartirnos con la realidad, hasta llegar a la transición de fase, cuando el sistema logra su máxima interconexión.

Esta ruta que sigue la información en nuestro propio sistema neuronal está marcada por la jerarquía de patrones neuronales (George, 2008). Mi aporte desde el aspecto experimental me ha enseñado que la interconexión de patrones neuronales puede darse entre individuos mediante la jerarquía de patrones neuronales emocionales (Zúñiga, 2022). Ello explicaría las tramas ocultas que mencionan las bases del pensamiento sistémico (Sengue, 1998). Si volvemos al estímulo emocional que experimentaron los pequeños productores del MIIT y promovemos su interconexión en el tiempo, podríamos activar el pensamiento colectivo entre ellos por la cantidad de experiencias, puntos de vista, vivencias, etc., que compartieron al enfocarse en un mismo objetivo. Así, parece que el caso particular de las organizaciones desencadena una situación similar capaz de funcionar como un cerebro organizacional y como reflejo del cerebro humano. Para ello, es clave el concepto de la memoria organizacional, que correlaciona las competencias holísticas de los miembros que conforman el pensamiento colectivo que guía una organización.

Memoria organizacional

Las organizaciones que articulan en equipo tendrían un alto nivel de memoria organizacional (Zúñiga, 2022), definida como la capacidad de interconexión emocional de aquellos integrantes que no pueden tejer las bases del comportamiento colectivo sincronizado. Por lo tanto, la memoria organizacional funciona, más bien, como la memoria del neocórtex del ser humano, que puede desplegar su comportamiento con una identidad empresarial tan propia como la humana.

Para entender a la empresa como cerebro organizacional, he denominado extropía organizacional a la capacidad de un sistema abierto para adaptarse al entorno y transformarse, si es necesario, de manera estructural, como las computadoras, las jerarquías, los manuales, etc., (aspecto duro), mientras mantiene, en esencia, su componente emocional (aspecto blando), entendido como sus valores, principios, creencias y emociones (Peters & Waterman, 1992).

Al igual que el concepto de entropía, un sistema pasaría de la fase de información mutua a la transición de fase. Sin embargo, a diferencia de la entropía, el sistema no se desintegraría ni desordenaría y, por el contrario, se fortalecería y lograría su permanencia en el tiempo al interconectarse, esta vez, con la memoria cósmica del universo, que funcionaría como la memoria del neurocortex del cerebro para procesar desde las supercorrelaciones de información al seguir la jerarquía de patrones neuronales emocionales.

Por esta razón, cualquier sistema que no preste atención al entorno correrá el riesgo de desaparecer, como lo plantea el concepto de entropía de Shannon, por el desorden al que llega cuando se interconecta con la información del entorno, pero esta no fluye y se atora como un cuello de botella. El sistema requiere interpretar lo que capta de la realidad para formular nuevas propuestas. Por ello, un sistema que copia del entorno y no crea nada también estaría cerrado.

Desde este punto de vista, las sociedades, organizaciones, empresas y cualquier tipo de organización que quieran subsistir o permanecer en el tiempo deberán mantenerse abiertas al entorno y crear de manera permanente, mediante diferentes herramientas como la innovación, la investigación científica y aplicada. De lo contrario, estarán condenadas a desaparecer. El cerebro humano sería entonces un reflejo a una escala menor de lo que ocurriría en el cerebro organizacional y en la memoria cósmica de la que todos venimos y hacia la cual todos vamos, si logramos permanecer de manera paradójica como un sistema abierto. ¿Estás de acuerdo con este planteamiento? Déjanos tu opinión.

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Las sociedades, organizaciones y empresas que quieren subsistir o permanecer en el tiempo deben mantenerse abiertas al entorno y crear de manera permanente.

Isaac Zúñiga Aguilar, PhD

Doctor (Ph.D. in Law and Business Administration) por la Universitat de Lleida, España (EXCELLENT CUM LAUDE) con Mención Internacional por haber realizado Movilidad Internacional durante el programa de doctorado en la Universidad de Zúrich (Suiza). Magíster en Dirección de Empresas por la Universidad ESAN. Es investigador RENACYT adscrito a la Universidad ESAN. Es Jefe del Grupo de Investigación Interinstitucional NEUROINNOVACIÓN EN COOPERATIVAS IBEROAMERICANAS conformado por Universidad ESAN, ESIC BUSINESS & MARKETING SCHOOL (Madrid-España), Universitat de Lleida (Cataluña-España) y la Escuela de Innovadores del Perú donde es fundador. Es autor del libro El Método Neuroinnovación, publicado por Paidós Empresa (2023) y coautor del libro Gestión Integral de Riesgos Operativos, publicado por ESAN Ediciones (2013). Ha publicado artículos científicos en prestigiosas revistas internacionales ranking JCR Q1, Q3. Es profesor de postgrado de la Universidad ESAN. Ha sido Miembro de la Mesa de Cacao de FLO INTERNATIONAL (Alemania), Vicepresidente del Comité de Cacao y Café en ADEX y Director del Comité de Exportaciones de la Cámara de Comercio de Lima. Actualmente investiga el impacto del Método Neuroinnovación de su autoría en el desarrollo de las competencias empresariales en el tercer mundo alineado a las ODS 1,2,3 y 4.

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