
Para generar estrategias de sostenibilidad en el sector público y privado se necesita de inversión, financiación o de recursos económicos. Por ello, en la Cumbre de la Tierra (Brasil, 1992) se crearon los Fondos Ambientales (FA). Se trata de organizaciones manejadas como mecanismos financieros que complementan las acciones del Gobierno para fomentar el trabajo sostenible en las empresas y así velar por el medio ambiente.
No siempre son mecanismos de financiación, pues también pueden promover proyectos propios. Los Fondos Ambientales no financian directamente a una compañía, proyecto u organización, sino que atraen recursos financieros, ya sea de fuentes locales o internacionales, y los redirigen. Además de ello, también se encargan del control de fondos fiduciarios, la capacitación a empresas sobre las tendencias sustentables actuales, las actividades más rentables de conservación de la biodiversidad, entre otros temas.
Walther Reátegui, docente del Diploma Internacional en Gerencia Ambiental de ESAN, resalta que las fuentes de financiamiento de los FA pueden ser públicas o privadas. "Provienen, especialmente, de Estados pertenecientes a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), así como de entidades privadas especializadas en este tipo de operaciones".
Están en más de 50 países en América Latina, África, Asia y el Caribe. Para que continúen con su labor necesitan un plan estratégico que posibilite sus bases. De acuerdo con el Fondo Brasileño para la Biodiversidad Funbio 15, una estrategia de financiación está basada en:
Una de las estrategias más importantes es exponer y demostrar programas de conservación exitosos. Ello ayuda a sentar precedentes para que más instituciones se conviertan en aliados de los Fondos Ambientales. Por otro lado, el personal encargado del área de comunicaciones es el principal factor para cumplir con las metas financieras. Son ellos quienes comunican los resultados por medio de materiales actualizados (como informes anuales, plataformas webs, presentaciones virtuales, etc.). También son los responsables de que los donantes y aliados sean debidamente reconocidos y que sus logos figuren en los proyectos de conservación que se han desarrollado gracias a su apoyo a través del tiempo.
La finalidad es que cada agente partícipe de un proyecto de conservación posea ganancias. Por ejemplo: un proyecto que garantice un nulo impacto al medio ambiente o una empresa que se preocupe por las tendencias ambientales. Los FA cumplen sus objetivos, los donantes incrementan su presencia y reputación, mientras que las compañías cumplen sus planes.
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Fuentes:
Entrevista a Walther Reátegui, docente del Diploma Internacional en Gerencia Ambiental de ESAN.
CFA. Revisión Rápida de los Fondos Ambientales de Conservación. Marfund.
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